Foto propia, crepúsculo en San Esteban de Gormaz |
Existen instantes mágicos en los que la vida nos envía señales premonitorias que no siempre sabemos interpretar... o no lo hacemos a tiempo.
Ocurre que, persiguiendo entusiasmados sentir el mayor placer aportado por la belleza de una situación, perdemos la conciencia de que retroceder, dando marcha atrás para retomar el pasado, sin la debida prudencia, puede hacernos perder el firme apoyo preciso para seguir circulando felices, siempre adelante y sin riesgos innecesarios.
Entonces, vivimos momentos absurdamente angustiosos e incomprensibles que se nos muestran dramáticamente como de casi imposible resolución.
Por fortuna, el amor y la generosidad aportan la presencia de ángeles, visibles o invisibles, que nos ayudan a salir de la ingrata situación y nos recuerdan que todo es posible cuando se usa y prevalece lo mejor que anida en nuestro interior.
Después, la luz de la belleza permanece y la oscuridad queda reducida a un aprendizaje más que nunca debe ser desatendido para seguir gozando de ella. Eso da contenido, esencia y potencia a los viajes iniciáticos...
FRM [23/07/2016]
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