El Rincón del Nómada

El Rincón del Nómada
La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)
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domingo, 12 de mayo de 2019

Quisiera

La vieja paleta del Nómada. Foto propia.

Quisiera pintar de nuevo
y para siempre el color de tu sonrisa.

Barnizar tu mirada
al contraluz de un sueño.

Acariciar tus lágrimas heladas
con la cálida brisa de mi aliento.

Beber de tu pecho
la leche que ya no mana.

Enmudecer tus lamentos,
acunando el dolor de tus miedos.

Saciar todas tus ansias
en un tiempo sin tiempo.

Abrir las ventanas
de tus pensamientos al viento.

Aquietar tu alma
de compasivos tormentos.

Borrar con risas
tus peores recuerdos.

Enamorar cada día
las entrañas de tus emociones.

Darte la vida otra vez
para volver a caminarla sin prisa... juntos.

FRM [11/05/2019]

viernes, 10 de mayo de 2019

Flujo imparable

Corriente inevitable y sensual. Foto propia.

Aromas de ausencia contiene el aire
que llena el pecho,
cargado del olor de ayeres
cálidamente congelados en la memoria.

Soledad impregnada de presencia
añoranza conjugada en esperanza
que recuerda, cuenta y descuenta
días, horas, minutos y segundos por llegar.

Caminos de piel y suspiros,
tiempo contenido,
espacios eternizados que se besan en penumbra,
interminables, aun conscientes de su fin.

Derroche de fe inquebrantable
que es más un deseo imperioso que esperanza,
bálsamo de añoranza triste
llena de melancolía en amputadas horas.

Plenitud invasiva evaporada,
compartiendo palabras, alientos,
tactos sin fronteras...
entre almas, cuerpos y vida renacida.

Nada existe, salvo el momento
de hacer camino que fluye
como aguas por sus cauces eternos,
torrenciales, tranquilas o remansadas.

Hasta la desembocadura ignorada,
por ojos cerrados y ciegos,
porque no quieren ver el océano
en el que los ríos mezclaban sus aguas.

Y el flujo, rumoroso, susurra y se pregunta,
en su imparable corriente desbordante,
entre meandros e interrumpido por antiguos escollos...
"¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo?"

FRM [10/05/2019]

jueves, 15 de marzo de 2018

El día que fui de doble entierro

Mirada metafórica, paseando entre reflexiones

Nunca había pensado que llegaría un día en el que me encontraría en el funeral y posterior entierro simultáneo de dos fieles amigas que me habían acompañado casi toda mi vida.

Hoy lloro desconsolado su pérdida irreparable e insustituible. Se me han muerto mis queridas Esperanza y Confianza. Dos hermanas, amadas compañeras que, en los últimos años de mi vida, no habían dejado de animar mi soledad, llenándola de luz, calor y color. Falleció Confianza, y Esperanza no pudo resistir su ausencia, siguiéndola en su viaje a la extinción.

Es cierto que anteriormente ambas habían sufrido dolencias y achaques e, incluso, alguna herida accidental de diversa gravedad, pero siempre habían conservado la suficiente salud como para recuperarse y continuar a mi lado aportándome la fuerza, ilusión, energía y apoyo que todos necesitamos en muchos momentos... o siempre, al menos yo.

Hoy me faltan y duele su ausencia. Han quedado sepultadas cuando más las necesitaba. Yacen en mis más profundos recuerdos y una fría lápida las cubre en la oscura fosa en la que han desaparecido. No me consuelan los bellos epitafios que adornan la losa. Son sólo palabras sin contenido que, aunque las dicte la sinceridad, se enfrían como el mármol en el que están grabadas... Y enfrían aún más mi alma, congelando las lágrimas que hieren la mirada como afiladas y gélidas cuchillas.

Ya no existe ni está conmigo la Esperanza en que la ley sea legítima y justa, además de supuestamente legal. Me equivoqué con una seguridad injustificada. Tampoco me queda ni rastro de Confianza en el género humano que ha olvidado y rechaza el amor por el prójimo distante y, lo que es peor, por el cercano. No queda un ápice de credibilidad en las dulces palabras que alimentaban mi Confianza y hacían crecer mi Esperanza.

Ya tampoco existen siquiera aquellas palabras... Hablaban de amor, de deseo, de futuro lleno de risas y alegría, de felicidad compartida, creando hermosa Confianza. Finalmente han sido siembra de dolor, engañando y dañando a una frágil Esperanza, con inestable mantenimiento de la salud, por las esfumadas y agostadas cosechas inviables, perdidas bajo la fría y dura costra de hielo de las nieves congeladas.

Ahora, caducada, se deteriora en la despensa la nutritiva reciprocidad que las hermanas muertas ya no necesitan ni saborean y, por ello, no requiere reposición. Otras prioridades requieren más atención y dedicación. Y lo peor es que lo entiendo, porque, en buena medida, me siento responsable... y ello me priva del magro, miserable y falaz consuelo de la queja victimista o el reproche.

Solo resta asumir el dolor de la irreparable pérdida y evitar que el sufrimiento se perpetúe, aprendiendo la lección recibida en la experiencia.

Descansen en paz mis amadas e insustituibles compañeras del alma, hasta que la mía se reúna de nuevo con ellas.

FRM [15/03/2018]