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Foto propia, paseando bajo mi ventana |
Miro esta fotografía y pienso que es una excelente metáfora de la red social facebook.
La gran pradera natural que rodea mi casa y por la que transito en mis diarios paseos, contiene multitud de elementos vivos que configuran su esencia y potencias.
Aquí conviven, en armónica y equilibrada combinación, verdes y dúctiles espigas que se cimbrean con la brisa; incómodas piedras ocultas con las que se puede tropezar; traicioneras yerbas espinosas; insectos inocuos, laboriosos y simpáticos; otros más peligrosos por venenosos; y, dominándolo todo, llenando el verano de belleza y color, las dulces y rojas amapolas. Cientos, miles de ellas. Sencillas, sensibles, ruborosas, frágiles pero resistentes. Esas que atraen y fascinan la mirada que se recrea en su presencia y compañía... Como las personas con las que disfruto relacionándome.
Como muestra la imagen, las hay muy próximas, cercanas y más lejanas. Algunas, incluso borrosamente desenfocadas por la distancia y otras... Otras que, sin saber muy bien por qué motivo, captan más la atención, se perciben como especiales y destacan nítidamente en ese hermoso primer plano favorito y favorecedor... Aunque pueda ser magia temporal o hallazgo permanente. Sin embargo, todas forman parte insustituible del paisaje. Todas parecen iguales, pero todas son diferentes y cada una tiene su particular encanto... como las buenas personas.
El resto, lo invisible, lo oculto y menos grato, no cuenta. A mí, al menos, me es indiferente. Sólo me interesa lo bello, lo que me enriquece y me hace sentir feliz y en deseable compañía renovada.
Y eso es lo que veo. Eso capta mi mirada y agradece mi alma. Gracias, amigos.
FRM [19/05/2015]