Pues bien, en la máxima abstracción de ese concepto, creo haber captado el mejor retrato de mi nieta Daniela, capturando la expresión del gesto de sus padres, mi hija Helena y Jorge, su marido, mientras contemplan a su niña jugando incansablemente.
En esas expresiones gemelas, inconscientes de estar siendo fotografiadas, está contenida el alma de esa pequeña maravilla de seis años, portadora de amor y energía sin límites. Porque todos somos lo que inspiramos en los demás. Y Daniela es tan única como lo son esas miradas de sus padres y el momento fotográfico que han regalado a mi cámara.
FRM [25/01/2015]
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Foto propia, Helena, Jorge... y Daniela |