"El Beso de Judas" A.M. Redención de Sevilla |
Los besos no siempre implican traición. Pero, con un beso comienza toda dolorosa pasión, cumpliendo la evangélica tradición. La condena es la mofa con espinas, flagelo y crucifixión. Sin méritos ni delito, sólo por egoísmo de autoprotección. Y, para los faltos de fe, queda ausente y muerta de inanición, la esperanza de una bíblica resurrección.
Qué fría y cruel puede ser la fanática y cobarde convicción que niega el alimento, traicionando la promesa de ilusión, confirmada en momentos de comunión. Así, bajo la influencia de este penitencial Jueves Santo, reflexiono que ante besos como el de Judas, siempre serán más santos los de una puta redimida que los de la virginal mujer pura que crucifica y tortura.
No deja de ser curioso y motivo de reflexión que la mayor historia de amor, pivote sobre una besada traición y la que después cometió el discípulo elegido con su triple negación. Lo pienso y entonces comprendo que algunos comportamientos se deben al riguroso cumplimiento, paso a paso, de las Sagradas Escrituras.
FRM [29/03/2018]
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