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Bandera rojigualda de la Armada española, 1785 |
Cuando determinados individuos o grupos, fanáticos o fanatizados y pretendidamente "progres", interpretan, consideran y reniegan de la bandera de España por considerarla un símbolo "facha" o franquista, están cometiendo un lamentable error histórico y demostrando inconscientemente dos importantes y significativas carencias culturales, fácilmente subsanables con un mínimo esfuerzo.
La síncopa lingüística
"facha" en el uso que nos ocupa, se utiliza de forma despectiva e intencionalidad insultante como sinónimo del concepto político
"fascista"; por cierto en tercer y último lugar de las acepciones académicas que se refieren principalmente al aspecto o apariencia. Y quienes más lo emplean en su pretensión de ofender o definir al contrario, suelen hacerlo creyendo que es sinónimo de
"derechona".
Tales
"antifachas" olvidan, no saben o no reconocen que, como adjetivo político, se aplica a un extenso rango de personas y grupos que en el espectro político no se sitúan únicamente en la extrema derecha, sino a cualquier dirigente y/o gobierno que demuestre su carácter totalitario, autoritario, xenófobo y nacionalista, sean de derecha, centro o de izquierdas, y siempre desde la perspectiva del que utiliza el término como forma de denigrar y que casi nunca está en situación de
"tirar la primera piedra". Recordemos, pues es Historia objetiva, que el
fascismo moderno y reconocido como tal, nace en el siglo XX promovido por dos partidos pretendidos como socialistas y de fervorosa y populista izquierda nacionalista, tanto en la Italia de
Mussolini como en la Alemania de
Hitler. Y, si la memoria no me es infiel, todos los regímenes políticos dictatoriales y antidemocráticos que sobreviven en el mundo del presente siglo, derivan de totalitarismos de supuestas izquierdas, al margen de las banderas identitarias de sus Estados.
Pero mucho más grave es el error de considerar
"franquista" a nuestra bandera, cuya existencia debemos a la curiosidad anecdótica de ser la consecuencia del
primer concurso de diseño gráfico de la Historia o, al menos, del que se tiene constancia.
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Los doce modelos propuestos a Carlos III |
Concurso que fue promovido por
Carlos III, nada menos que en
1785. O sea,
154 años antes de que
Franco tomase el poder en 1939. El motivo de la real decisión fue el problema que representaba para la
Armada la identificación de banderas propias y ajenas en alta mar, pues todos los pabellones eran blancos con el escudo de cada procedencia en el centro y algunos muy similares, con gran dificultad por ello de reconocimiento a larga distancia, lo que era arriesgado en el caso de encontrarse ante navíos potencialmente enemigos.
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Bandera española de guerra, arriba el gallardete y a la derecha la mercante. (Foto Museo Naval Madrid) |
Así pues, a instancias de los mandos de la Armada,
Carlos III decidió convocar el mencionado concurso del que salió elegida la
bandera roja y gualda que todos conocemos y que, a partir de
1843, bajo el reinado de
Isabel II se convirtió en el símbolo nacional, abandonando definitivamente la blanca precedente. Ésa es la
bandera española que aún perdura, respetada o no, con la excepción del breve período (1931-1939) en que fue sustituida por la tricolor de la
Segunda República que, a las franjas rojas y amarilla, añadió la de color morado, pretendiendo representar
daltónicamente el color carmesí del
pendón de Castilla; pero eso es... otra curiosa historia.
Como otra historia es que el denostado
"aguilucho" imperial sea
"facha" y
"franquista"... que tampoco, pues desplegó sus alas mucho antes de 1939.
En respetuosa conclusión, antes de pretender ofender o identificar a otras personas o símbolos con determinadas asociaciones, conviene leer un poco, porque la cultura no daña a nadie y cura muchas manías obsesivas e indeseables.
FRM [29/12/2016]