El Rincón del Nómada

El Rincón del Nómada
La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)
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sábado, 9 de noviembre de 2019

Culpas y responsabilidades

Conmemorando la simbólica caída de un famoso muro indeseable (todos los que dividen y separan lo son) y entre las dos luces ambiguas de una de estas tardes oscuras, frías y llorando en lluvia que invitan a arroparse en el recogimiento, me da por pensar, buscando sentir el calor de los mejores recuerdos que entibian mi memoria, mientras reflexiono para intentar comprender porqué hay que alejar los sueños para conciliar el sueño...

Y pienso que venimos a esta vida a aprender que es en ella donde se encuentran el cielo, el infierno y el limbo. Que la más ladina y demoníaca tentación es la que se esconde en el pecado de la vanidad prepotente que nos impulsa a defendernos de las insoportables críticas negativas. Críticas sentidas como agresiones, siempre equivocadas y sin fundamento, que estimulan y excitan la necesidad ofendida y egocéntrica de argumentar la autodefensa. Nada menos libre ni más disfrazado de libertad. Nada más lejos del respeto y la filantropía.

Esa autodefensa primaria e instintiva que inevitablemente se nutre de reproches, en la búsqueda de causas ajenas a uno mismo para explicar los propios e íntimos efectos o defectos. Esgrimida aceradamente en espiral recíproca y negativa que se retroalimenta. En una malévola y perversa partida de ping-pong cuyas pelotas vuelan agresivamente dañinas, de uno al otro lado de la mesa, cada vez más con más fuerza, aumentando perniciosamente con la indignación, angustia y ansiedad generadas. Sin la menor reflexión desde el respeto y la humildad.

Nada más tentador ni más fácil. Resulta diabólicamente sencillo obtener argumentos extraidos del principio de causas y efectos. Apelar a las culpas ajenas para el torpe y gratificante ejercicio de justificar las propias. Siempre "la culpa". Ese virus judeocristiano ancestral implantado en el ADN de la memoria genética colectiva de nuestra cultura.

Y eso lleva del cielo al infierno, pasando por el limbo de la inmadura inconsciencia.

Lo que no es tan fácil es reaprender. Abandonar el pernicioso hábito inculcado de buscar "culpas" ajenas, desde la soberbia intransigente, o las propias, buscando la penitencia de la autocompasión victimista.

Cierto es que a toda acción corresponde una reacción; pero no tiene porqué ser destructiva. La energía nuclear puede sembrar muerte y desolación, tanto como ser benefactora para la vida, si se usa de la forma adecuada.

Por supuesto que no es fácil cambiar hábitos culturales arraigados en la inconsciencia. No es sencillo llegar a comprender profundamente, desde la experiencia acumulada, que no existen "las culpas"... Sólo la responsabilidad.

Y la responsabilidad es patrimonio exclusivo de uno mismo. Del propio libre albedrío de cada cual. De la íntima capacidad de tomar decisiones ante cada situación. Porque, pase lo que pase y nos hagan lo que nos hagan, el responsable último de nuestras decisiones y actos somos nosotros mismos. Y no hay que buscar otros sujetos a la oración de cada experiencia y sus consecuencias.

Aceptar la propia responsabilidad en toda ocasión es un acto sanador de humilde reaprendizaje. Un acto de conciliación y amor hacia uno mismo y los demás. Implica un proceso de serenidad, de análisis introspectivo y autocomprensión, para saber perdonarse uno mismo y ser capaz de pedir sinceramente el perdón ajeno, si se ha dañado al prójimo; con humildad sin humillación, confiando en gozar del privilegio de la comprensión y la solicitada disculpa indulgente, sobrevenidas de la responsabilidad ajena, porque "tanto monta...".

Hay que romper el círculo vicioso de la autojustificación, con frecuencia, simple y victimista autocompasión, y abrir un hueco en su perímetro para, a través de él, ascender a niveles superiores de conciencia, paz y amor. Tal y como nos enseña la eterna sabiduría del símbolo Zen del "Enso".

Hay que dejar de considerar las críticas como "provocaciones" contra las que tenemos que defendernos. Eso es sólo un síntoma de debilidad en la autoestima. Hay que valorarlas en paz como opiniones respetables de las que aprender, si son constructivas ("así es, si así os parece"), o dejar que transiten hacia la indiferencia, si sólo persiguen una pretendida ofensa sin otro fin que ser insultante, valga el intencionado pleonasmo.

Por todo ello, no voy a responder a las críticas recibidas. En la paz del silencio prudente está la esperanza del único poder constructivo... Reaprender de las experiencias.

En definitiva, encadenando dos aparentes oxímoron, cambiar la objetiva subjetividad por la subjetiva objetividad.

FRM [09/11/2019]

Foto propia. Mirada metafórica. "Cuanto más elevas la mirada, mejores son las vistas del horizonte"

viernes, 20 de septiembre de 2019

Empujando

Siempre es mejor empujar y conducir la propia vida hacia el futuro que arrastrarla, cargando con el abrumador peso del pasado.

FRM [19/09/2019]

Foto propia. Mirada metafórica

jueves, 19 de septiembre de 2019

Siempre unidos

"Amor sin tiempo". Mirada metafórica. Foto propia en el pantano de Aguilar de Campoo

Un antiguo e íntimo amigo me comentó que había leído en mi blog la publicación cuyo enlace incluyo aquí mismo, y que le había dado la idea clave para escribir a su pareja el texto que reescribo a continuación, con su autorización y la de su mujer, y la única condición de respetar su anonimato. Lo que hago encantado, porque lo que importa es el "Qué" y no el "Quién". Aunque me parece significativo decir que, entre los dos, suman casi 140 años. Es evidente que el AMOR, con mayúsculas, no tiene edad ni tiempo.

Sin más preámbulos, la carta de mi amigo a su mujer:

«¿Sabes una cosa, querida? No estoy enamorado de ti.

Estar enamorado es un estado de idiocia carente de equilibrio y sustentado por pasiones irreflexivas que provocan irracionales reacciones. No, no estoy enamorado de ti.

Yo te amo, te quiero, te deseo, te respeto, te admiro, desde el amor más maduro, convencido, buscado, perseguido, soñado y acariciado toda mi vida como una aparente utopía inalcanzable. No es una pasión que me ciegue y enloquezca de forma irracional. No es deseo por tus atractivos sexuales que me rejuvenecen. No es el deleite de verme reflejado en tu mirada. No, no es todo eso... únicamente.

Es, simplemente, Amor. Ese amor profundo creciente y duradero que evidencia y me convence de que, vivamos los años que vivamos, compartiéndolos y compartiéndonos, siempre reiremos juntos y tendremos algo que contarnos, algo que hacer juntos, porque únicamente juntos lo desearemos y disfrutaremos... En ese eterno "nosotros".

Te amo, te quiero, te deseo, te respeto y te admiro... Hasta cuando discrepamos en el enriquecimiento intercambiado de la comunicación abierta, total, fluida, sincera, franca y leal, con plena confianza recíproca. Me siento un privilegiado y estoy orgulloso de ti.

Eres mi pareja, mi compañera, mi amiga, mi confidente, la mujer que adoro como es, la que me quiere como soy y con la que deseo y necesito compartirlo todo, empezando por mí mismo. Porque no hay nada mejor en mi vida que estar contigo, hagamos lo que hagamos en cualquier momento, siempre juntos, para siempre unidos.

Y porque nunca, nunca, había sentido nada ni parecido. Y te lo agradezco infinitamente, amada mía.

Con nadie como contigo... Siempre unidos.»

FRM [12/09/2019]

sábado, 11 de mayo de 2019

Mis límites

Foto propia. Monumento a la Rosa de los Vientos. Coslada, Madrid

Una querida amiga me ha dicho que mi imaginación no tiene límites. Y, se lo agradezco, aunque se equivoca...

Mi imaginación limita al Norte con la prudencia y la sensatez,
al Sur con el pudor de la intimidad,
al Este con una mano traviesa,
y al Oeste con otra mano curiosa.
Y, en el centro del mapa, el corazón de mis abrazos.

Si bien, es cierto que,
ante fuertes magnetismos,
mi brújula enloquece
y suelo "perder el Norte"...

FRM [17/04/2019]

domingo, 7 de abril de 2019

Sentir antes de pensar

Cuando se peregrina, buscando respuestas a los propios desasosiegos, la única actitud requerida es la de caminar con todos los poros del alma abiertos para impregnarse de cuanto la vida ofrece más allá de los sentidos.

Por encima de los olores, los sabores, lo que se ve u oye, lo que se toca... está lo que se siente, lo que emociona, lo que llega hondo y constituye una referencia ejemplar.

Por ello, cuando se tiene el privilegio de compartir la alegría de vivir de los huéspedes asiduos de las salas de quimioterapia oncológica; la fortuna impagable de sorprenderse con el ánimo de chavales jovencísimos llenos de fe y esperanza en un futuro mejor; uno de ellos al filo de los veinte años y con un brazo amputado; las ilusiones de abuelos y abuelas alopécicos por el tratamiento que se toman a broma su aspecto degradado; el novio que se ha afeitado la cabeza para mitigar el complejo de su joven pareja... Eso, todo eso, impresiona honda y positivamente, y cala en lo más profundo del corazón del observador sano.

Y cuando una buena y querida amiga que ha perdido casi todo lo que tenía y está sufriendo una posible metástasis hepática por un cáncer de mama, te dice, mientras recibe la quimioterapia, con la mirada iluminada y una sincera sonrisa en los labios... "Me siento afortunada y agradecida por todo lo que tengo..."

Entonces, es llegado el momento de sonreír tiernamente con el alma, contener las lágrimas y preguntarse uno mismo "¿de qué demonios me quejo?".

Gran lección de fuerza, serenidad y generosa alegría de vivir para los que, en ocasiones, nos dejamos arrastrar por tristezas y sufrimientos, muy pocas veces justificados... si alguna vez lo están.

Mejor sentir que pensar...

FRM [01/09/2014]

Pórtico del templo del dolor paciente

martes, 2 de abril de 2019

Paseando entre miradas

Foto propia, paseando entre metáforas

Caminando dejo atrás
algunas de mis miradas;
pedazos de una realidad
que, unas veces, contemplo
y otras sólo siento.
Vuelo entre esos fragmentos,
robando lo que veo
cerca, muy cerca, o lejos,
desde mis pasos lentos.

FRM [28/03/2017]

domingo, 31 de marzo de 2019

Lo que queda


Orto u ocaso... depende de la mirada

Vuelvo, una vez más, a las dificultades de comunicación entre los seres más o menos humanos. Y no dejo de tener presente, aunque a veces lo olvide, una ley inexorable.

«Cuando hables no pretendas ni te esfuerces en decir lo que querrías decir. Ten siempre presente lo que va a entender quien te escucha... con suerte, eso será lo único que quede.»

FRM [31/03/2013]

lunes, 4 de marzo de 2019

Coincidencia de casualidades imposibles

Foto mencionada de la cerveza disfrutada por este nómada

Testimoniando sincronicidades

Con frecuencia he sostenido que no creo en las casualidades. Desde hace muchos años, tengo la convicción intuitiva de que el concepto que se sintetiza en la palabra "casualidad" y todas sus derivadas, responde a la necesidad del ser humano de calmar la angustia producida ante esos fenómenos, hechos o sucesos, para cuyo origen carece de explicación aunque sea testigo de su innegable existencia.

Estoy convencido de que todo efecto tiene su raíz en una causa, conocida o no, comprensible o no, explicable o no. Por eso, acostumbro a jugar con la palabra y suelo referirme a "causalidades", más o menos ignotas. Es posible que la mecánica cuántica termine por arrojar luz a esta cuestión, aún tan llena de sombras como la cara oculta de la Luna.

A lo largo y ancho de mi vida, me he tropezado frecuentemente con fenómenos y situaciones incomprensibles, pero incuestionables, y que el común de los mortales atribuiría a la casualidad. Misteriosas e irracionales coincidencias que —como decía mi fraternal amigo y colega, Andreas Faber Kaiser«Sería demasiada casualidad que fuesen casualidades todo lo que parece casualidad».

Y es que, al margen de los actuales avances de la Física, en el complejo campo de la mecánica cuántica, y mucho antes de que se empezara a estudiar esta materia, tan difícil de entender para el pensamiento lineal, ya se interesaron por estas incomprensibles coincidencias o conexiones acausales algunos investigadores intelectualmente muy cualificados en diferentes ramas de la ciencia. Tal es el caso del psiquiatra Carl Gustav Jung y el físico Wolfgang Pauli que se sumó con entusiasmo al término y su concepto. "Sincronicidad como principio de conexiones acausales" es una obra de Jung publicada en 1952, en la que ahonda en el fenómeno de la sincronicidad.

También el filósofo Schopenhauer se enfrentó a la casualidad con su visión determinista, estableciendo que el determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y acciones humanas, está "causalmente" establecido por la irrompible cadena causa-consecuencia, y por tanto, el estado actual "determina" en algún sentido el futuro. También Pierre-Simon Laplace defendía este tipo de determinismo.

Y, en relación con esta apasionante materia, no podemos olvidar la posible relación que, en ciertos casos, puede tener con lo expuesto la teoría de los "campos morfogenéticos" ("Morfo" viene de forma) o "Resonancia Mórfica", desarrollada en las investigaciones y estudios del bioquímico y biólogo británico Rupert Sheldrake.

Según dicha teoría, Sheldrake sostiene que individuos de la misma especie tienen un vínculo o conexión incomprensible que los condiciona la conducta, aunque estén a muchos kilómetros de distancia y sin comunicación ni contacto físico alguno, lo que se manifiesta en ciertas "casualidades" y coincidencias sin explicación racional conocida, en una forma de distante "fusión", como una especie de transmisión energética de aprendizaje, comportamientos y sentimientos que modelan la conducta. Según sus propias palabras:  “Existen en la naturaleza unos campos llamados Morfogenéticos, los cuales son como estructuras organizativas invisibles que moldean o dan forma a tales cosas como plantas o animales, que también tienen un efecto organizador en la conducta”. Las ideas de Rupert Sheldrake están consignadas en su libro “Una Nueva Ciencia de la Vida: la Hipótesis de la Resonancia Mórfica”, publicado en 1981.

Como he dicho al comienzo, muchas han sido las ocasiones en que me he visto sorprendido por hechos o situaciones demasiado "casuales", bien como testigo o, incluso, como protagonista. De hecho, según escribo, me vienen a la mente los recuerdos de seis espectaculares, de las que alguna ya he comentado y compartido en este medio en publicaciones propias o ajenas que versaron sobre "causalidades versus casualidades".

Una de ellas, muy curiosa y sorprendente, relacionada con el mundo del arte, motivó uno de mis reportajes en una revista de divulgación y, más recientemente un breve resumen del mismo en mi blog "El Rincón del Nómada" (Puede verse en el enlace https://el-rincon-del-nomada.blogspot.com/2018/05/sincronicidad-artistica.html

Sin embargo, el caso más reciente lo viví y protagonicé en primera persona hace pocos meses, compartiendo con una querida amiga una situación insólita y aparentemente incomprensible, por varios motivos que resumiré a continuación y que no creo que nadie pueda catalogar como simples casualidades o coincidencias fortuitas.

Era un día 25 a medio camino entre el final del verano y el comienzo del otoño pasado, durante uno de esos momentos en que no solemos mantener contacto alguno mi amiga y yo, por respeto mutuo a la privacidad de atender los momentos de ocio con las respectivas familias y otros amigos.

Justamente a la hora en que sucedió lo que ha motivado esta narración, nos separaban el silencio de los teléfonos y casi 30 kilómetros, algo que supimos después, pues por la falta de comunicación mencionada, ninguno de los dos sabíamos lo que hacía el otro ni dónde.

La primera "casualidad" fue que ambos decidiésemos acudir con las personas que nos acompañaban a sendos establecimientos especializados en la oferta de cervezas de importación poco frecuentes y con distribución limitada a lugares muy escasos.

La segunda "casualidad" fue que, de las amplias cartas, con numerosas y diferentes opciones que nos fueron ofrecidas a ambos por separado, ambos eligiésemos tomar una marca que ninguno de los dos habíamos probado antes ni conocíamos previamente. Siendo los únicos en hacerlo, al margen de lo consumido por nuestros respectivos acompañantes... ¡La misma marca desconocida! Qué, por cierto, estaba muy buena.

La tercera, inusual y excepcional, es que, fuera de toda lógica en ese momento y circunstancias, yo decidiese disparar una fotografía con mi móvil y enviársela por WhatApp con el breve mensaje: "Si encuentras esta cerveza, no te la pierdas... esta buenisima." Sin esperar respuesta alguna, pues sólo tenía carácter informativo, no era urgente y pensé que ya lo vería cuando pudiera.

Mi sorpresa alcanzó la estupefacción más absoluta, al recibir instantáneamente la insólita respuesta con una foto de su propia copa de la misma marca que ambos estábamos bebiendo exactamente a la misma hora...El mensaje de mi amiga decía: "¡¡No puede ser!! ¡Ahora mismo!". Estábamos bebiendo la misma cerveza, ambos por primera vez y a la misma hora...

Foto testimonio remitida por mi amiga

¿Casualidad? ¿Sincronicidad? ¿Vínculo morfogenético? ¿Otra explicación?

Lo cierto es que este tipo de fenómeno se ha repetido con la misma coprotagonista, antes y después de la historia narrada. Se ha producido en cantidad tan estadísticamente notable que solemos bromear con la curiosa "fusión" que parece existir entre nosotros y que no deja de producir curiosas coincidencias. Pero eso... sería otra historia.

Finalizo con una pregunta para los más escépticos y racionalistas amigos que lleguen hasta aquí en la lectura...

¿Objetivamente qué probabilidad estadística consideran que existe para que se produzca la concatenación de circunstancias "casuales" de la anécdota narrada? ¿O podría ser "otra cosa"...?

FRM [25/02/2019]

jueves, 21 de febrero de 2019

Disney en mis primeros gouaches

"Lobito"

Como he dejado constancia en este mismo "Rincón" (Ver enlace aquí), fue al filo de mis diez años de edad cuando me estrené en el uso de los pinceles como herramienta y el gouache como materia prima.

Aquel hallazgo me gustó, y llevado por el entusiasmo del primerizo y el encanto que entonces me inspiraban los personajes de Walt Disney, me dediqué a practicar, copiándolos como loco, como testimonian estos reaparecidos dibujos de aquella época.

FRM [13/02/2017]

Dibujos coloreados con gouache, 1957

Disfruto con la lengua

"El pozo de Murakami". Metáfora de mil puertas.

Aunque no soy filólogo, amo las palabras y, sobre todo, gozo y me divierto jugando con ellas. Mantenemos una antigua, íntima y fiel relación erótica y sensual.

Las busco, persigo, alcanzo, acaricio, saboreo y me revuelco revuelto con ellas, algunas me fascinan y otras me repelen. Siempre atraído por sinónimos y antónimos. Rebusco curioso en su génesis etimológica que aclara, deforma, recuerda y olvida o enmascara conceptos. Viajo apasionado en el diccionario. Me deslumbran los neologismos brillantes. Leo con avidez y escribo con timidez... Nunca inmóvil...

Ante la R.A.E., jamás sedente y, con frecuencia, disidente. Pero siempre disfrutando.

FRM [20/02/2019]

lunes, 18 de febrero de 2019

Amor sincero y verdadero

Metáfora visual. Amor en estado puro con "Clío", la perrita de mi nieta mayor.


"Clío" y este nómada. Amor sin posesión.
Es maravilloso sentirse querido bajo los besos más tiernos, sinceros y amorosos... Carentes de todo interés y egoísmo.

¿Cómo no amar a estos seres entrañables? Ojalá entre los animales humanos fuese posible el mismo comportamiento...Sin celos ni posesividad, con generosidad, sin exigencias, sin pedir nada a cambio... Amar por amor, generando más amor.

FRM [18/02/2019]

viernes, 8 de junio de 2018

Yo, Odiseo

(Imagen de archivo de EL MUNDO)

La vida es un océano enfondado de amores naufragados,
de islotes encontrados que aportan el reposo
para seguir navegando entre pecios olvidados
y poemas de homéricas quimeras,
hacia la Ítaca interna de cada Odiseo.

FRM [08/06/2018]

miércoles, 6 de junio de 2018

Amores

Son invisibles.
Aunque sé que aquí están.
Viviendo en mí.

FRM [06/06/218]

"Invisibles en lo visible". Mirada metafórica

viernes, 25 de mayo de 2018

No veo la diferencia

Mirada metafórica, buscando diferencias.

Lo miro detenidamente. Con ternura de abuelo. Desconozco su lugar de nacimiento. No sé su nombre ni apellidos. Ignoro la procedencia genética de los muchos eslabones de la cadena helicoidal de su ADN... Ni siquiera habla un idioma concreto, todavía. Y no veo la diferencia.

Seguramente no piensa. Sólo siente. Pero es adorable. Y lo miro. Y me hace sentir y pensar. Lo vuelvo a mirar. Le observo detenidamente... Y algo debe fallar en mi capacidad de percepción, porque no veo en él nada que nos diferencie, excepto el peso de la edad.

¿Será porque las diferencias, las supremacías, se hacen y no se nacen?

FRM 25/05/2018]

jueves, 24 de mayo de 2018

¿Sincronicidad artística?

Emocionado por mi reencuentro con el cuadro de Fortuny comentado.

En el pasado mes de febrero de este año y durante más de tres horas, pude admirar la extraordinaria exposición de la obra de Mariano Fortuny mostrada en el Museo del Prado.

No encuentro palabras para describir la impresión que me produjo la maestría de Fortuny en el uso de la acuarela, imposible de apreciar bien en las reproducciones de los libros de arte, por buenas que sean. Admirar las obras originales es algo irrenunciable, siempre que sea posible.

No son menos impresionantes sus óleos y grabados, así como las copias que realizó de detalles o fragmentos de cuadros de Velázquez, Goya o el Greco.

Pero si algo me ha impactado a título personal es el inesperado y segundo encuentro en mi vida con un cuadro de este pintor que descubrí en 1999 y que nos ofrece la mitad de un fenómeno sorprendente y aparentemente inexplicable o, como mínimo, inexplicado. El cuadro es una obra menor y nos muestra un paisaje que forma parte de un misterio con una sola imagen, prácticamente idéntica, para reproducir dos momentos de un mismo año —1871—, dos lugares distintos y distantes, dos pintores —Manet y Fortuny— y dos obras, cuya única y mínima diferencia significativa es el formato.

En su día, escribí un reportaje más amplio con toda la información de mi investigación personal que fue publicado en la revista digital "El Octavo Sabio", donde argumentaba exhaustivamente lo improbable de que uno de los pintores hubiese copiado al otro. Es posible que, en un futuro próximo, publique aquí los interesantes pormenores de mi investigación.

Ahora, después de mi emocionante reencuentro, y de haber hablado recientemente de sincronicidades, no puedo dejar de compartir ambos cuadros con su insólita, documentada y ¡diferente! ubicación geográfica de los dos paisajes pintados, cuyas imágenes incluyo aquí.

Desde 1999 busco la explicación en diversas fuentes de todo tipo, con resultados infructuosos hasta el momento, en el que lo único que tengo rotundamente claro es que el fenómeno no es fruto de la "casualidad", aunque lamentablemente, hoy en día, aún ignoro la causalidad.

En las imágenes de los dos cuadros, a la izquierda, "Vista de Granada" de Mariano Fortuny (1870/1872), colección del MNAC. Y, a la derecha, "Paisaje de Oloron-sur-Seine", realizado por Édouard Manet (1871), expuesto en la Stuttgarter Gallery.

FRM [24/05/2018]

Manet
Fortuny



martes, 22 de mayo de 2018

Lo que se pueda con lo que queda

"Maceta". Óleo sobre tabla. Capricho aprovechando restos de paleta.

“Hay momentos en los que la tarea del artista es saber cuánto puede llegar a hacer con lo que le queda”.

La cita está extraída de la anécdota vivida por el violinista Itzhak Perlman. Este músico tocó magistralmente su instrumento, a pesar de haber perdido una cuerda al comienzo de un concierto en el Lincoln Center de Nueva York.

Con sincera modestia y ninguna pretensión de atribuirme la condición de artista —a lo sumo, artesano—, la verdad es que el recuerdo de la frase que antecede, me ha evocado de inmediato el pequeño cuadro que ilustra esta reflexión (aunque la foto es infame) y que pinté, como otros de pequeño formato, sólo como consecuencia de aprovechar los restos de color que habían quedado en mi paleta, después de acabar otra obra con mayores dimensiones y pretensiones.

"Yo pecador..."
Cito en este regreso del exiliio impuesto la anécdota publicada hace cinco años, porque el recuerdo de la lectura del artículo mencionado —cuyo enlace incluyo—, unido a las aportaciones impagables de buenos amigos, ha tenido el efecto pretendido, con consecuencias realmente balsámicas, ante el estupor y la indignación por un exagerado castigo nunca justificado y con evidente agravio comparativo.

Y es que, como es sabido, toda pérdida produce un dolor inevitable y proporcional al valor de lo perdido; pero, debidamente canalizado como experiencia y con la aconsejable aceptación, convierte en aprendizaje el posible sufrimiento posterior, en cuyos brazos solemos abandonarnos con frecuencia, embargados por la pseudocomplacencia de la peligrosa autocompasión. Sufrimiento que, en este caso, es mínimo ante la censura y sanción a que he sido sometido —y agradezco— en facebook.

Así pues, heme aquí de nuevo, después de 30 días de silencio impuesto, con la intención de que este regreso al ágora donde nos reunimos sirva para no olvidar que la toalla no es para tirarla, sino para enjugarse la sangre, sudor y lágrimas que, en ocasiones, nos provocan los más íntimos deseos de que las cosas y algunas gentes sean como aparentan y distintas a como demuestran ser.

En cada momento de la vida, estamos donde estamos y recogemos el fruto de lo sembrado, consciente o inconscientemente. Aceptarlo, aprender de ello y hacer lo mejor posible con lo que nos queda —como con los restos de pintura—, es el primer paso para conseguir que los siguientes nos conduzcan sucesivamente por senderos de mayor satisfacción, sosiego y felicidad. Y de eso se trata.

En consecuencia, me aplico a que miremos serenamente en nuestra alma —mejor que compasivamente a nuestro ombligo— durante el tiempo justo y necesario para comprender que todo efecto tiene su causa, aceptar ambos y tomar las decisiones que nos permitan recuperar el sentido epicúreo de la existencia, convirtiendo los sueños en metas alcanzables o viceversa.

Ello me ha permitido dedicar el tiempo extra obtenido por el "castigo", a otras actividades no menos atractivas que, sin ser exclusivas ni excluyentes, no han gozado de tanta atención por mi parte en otras ocasiones.

Además, esta etapa me ha aportado la grata conciencia de que soy más apreciado de lo que pensaba y, seguramente, más de lo que merezco. Por ello, mi más sincero agradecimiento por el cariño y lealtad que muchos me habéis demostrado y el inmenso apoyo recibido por quienes ya sabéis que lo habéis hecho, tanto públicamente en mi muro como en privado por otros medios. Eso ha sido el sol más cálido para derretir el simbólico y frío hielo de los inquisidores.

Mark Zuckerberg
Porque, la verdad es, que creo que yo he salido ganando, pues he tenido la mayor presencia de mi historia en facebook con el mínimo esfuerzo de dedicación y atención. Incluso ha aumentado el promedio de visitas en mi "Rincón del Nómada". Gracias por ello, doy a los inquisidores del Santo Oficio de la red social... Tanto es así que me estoy planteando seriamente volver a "delinquir", o publicar sólo elegantes imágenes de niños y animales destripados, mucho más gratas a las normas políticamente correctas, que las de ofensivos cuerpos humanos amorosamente desnudos. No más "Coito ergo sum". Porque, para ese chico vampiro que succiona nuestros datos y trafica clandestina e inmoralmente con ellos, es más grato el derramamiento de sangre que el de saliva y semen... No me extraña su sospechoso aspecto.

En lo relativo a mis beneficios y ganancias, debo una mención especial de gratitud a Cris Muchos DatosMarlene Revilla, María José de Miguel, Teo Revilla Bravo, Mati Sanchiz, Andrada Tomescu, Sergi Font y Almudena Mestre que, con su amistad desinteresada y la generosa dedicación de su tiempo, han mantenido mi voz más sonora y viva que nunca, durante la ausencia por mi condena y reclusión en el purgatorio merecido por mis imperdonables pecados en esa red social con reglas tan hipócritas e insaciables como poco sociables.

Volveremos a vernos por esos pasillos entre muros, aunque limitado por otras ocupaciones urgentes y mi retorno a los pinceles; pero, en todo caso, con el mejor de los ánimos.

Besos y abrazos sin límite que, pase lo que pase en la citada red social, siempre encontraréis aquí, en mi "Rincón del Nómada".

FRM [22/05/2018]

lunes, 21 de mayo de 2018

Escribir y ser feliz

La vida sorprende con toques de belleza. Paseando bajo mi ventana.

El escritor Justo Sotelo siempre dice que escribe porque es feliz. Sin embargo, yo lo hago porque es una de las cosas que me hace feliz.

Es posible que mi diferente e inversa percepción de causas y efectos, se deba a que no me considero un escritor; a lo sumo y parafraseando al maestro Umbral, alguien que "escribe cosas".

Y hago mía la declaración de John Boyne: "Escribo porque me encantan las palabras. Escribo porque leo. Escribo porque siempre quiero saber qué ocurrirá a continuación."

Tampoco me concedo la experiencia y el talento para que se me defina como poeta, aunque me arroje impúdicamente a la osadía de intentar gozar con la poesía que extraigo de mis pensamientos, emociones y sentimientos. Al fin y al cabo, pienso que tenía razón Hermann Hesse cuando afirmaba que:

"Hacer versos malos depara más felicidad que leer los versos más bellos."

Porque, de vez en cuando, la vida puede sorprender con un feliz toque de belleza en la mirada, donde nadie lo esperaría. Y entonces... lo hago mío, lo disfruto en silencio, lo fotografío, lo pinto o intento describirlo con palabras, simplemente por el mero placer íntimo de gozar con ello y conservarlo.

FRM [21/05/2018]

domingo, 20 de mayo de 2018

Escribiendo cosas

Pienso que, por lo general, los escritores escriben desde la tribuna soleada de su balcón por y para los demás que los contemplan desde abajo y admiran con embeleso, si el talento y la fortuna no les son esquivos.

Yo lo hago por y para disfrutar, superando el vértigo de la página en blanco, asomándome al patio interior de mi consciencia en la serena soledad de la noche.

Quizá por eso no soy escritor; aunque escriba cosas de vez en cuando... mientras cabalgo sobre unicornios alados.

FRM [20/05/2018]

Una de mis plumas de ave nocturna.

viernes, 18 de mayo de 2018

Corto Maltés

Corto Maltés, el gran personaje creado por Hugo Pratt

Corto Maltés, la fascinante criatura del gigante Hugo Pratt, ha seguido a Asterix en la interminable labor de limpieza y organización de mi mermada, pero aún desbordante, biblioteca.

Corto, el marino solitario y aventurero, pragmático y romántico en peculiar simbiosis; héroe creíble —o increíble antihéroe— que todos los que lo hemos conocido hemos soñado ser, viviendo sus inagotables viajes a través de los guiones y dibujos del gran maestro del cómic y maestre masón, el veneciano Pratt.

Muchas son las claves ocultas que se introducen en cada título, gracias a los profundos conocimientos esotéricos de Hugo Pratt. Ello añade un interés adicional a la belleza del limpio dibujo de las viñetas y su admirable forma de colorear, a la brillantez de la planificación narrativa y al interés de la historia contada que, gracias a ello, admite varios niveles de lectura... Siempre entre líneas.

Para leer y releer, descubriendo algo nuevo cada vez. Genial y eterno, Corto Maltés.

FRM [09/05/2013]

domingo, 13 de mayo de 2018

La ciudad

Mirada metafórica en la ciudad.

En el Jardín Botánico de Madrid
Si alguien me pregunta por qué no vivo en la gran ciudad, le daré a leer o le leeré estos versos de mi genial amiga Diana Álvarez que ha visto mi alma en la bola de cristal de su inspiración y la ha sabido abrir en canal con el bisturí de su acerada y afilada pluma. Gracias, querida y admirada amiga.

LA CIUDAD

La ciudad te devora, se nutre
de tu alegría.
Grises sus habitantes,
liban vida de tus venas
y la tinta indeleble de tu piel.
La ciudad te devora y me arranca
de tu carne,
y tu alma vaga aturdida
entre humo y asfalto,
entre premisas e ideologías muertas,
entre mentiras y sueños rotos.

La ciudad te devora y abre
mi maleta, y mis versos
se agotan, y no siembro
más que derrota y voz cansada.
Te devora, me devora,
sus calles marchitas,
su oropel putrefacto,
su falsa libertad oculta
tras libertinaje y sordidez.

Me retiro al silencio de mi voz limpia,
donde el color aún no está corrupto.

Soy pura a los colmillos
de la ciudad y sus muertos.

(Diana Álvarez, de "Más allá del paralelo")

FRM [08/05/2016]