Mirada metafórica, buscando diferencias. |
Lo miro detenidamente. Con ternura de abuelo. Desconozco su lugar de nacimiento. No sé su nombre ni apellidos. Ignoro la procedencia genética de los muchos eslabones de la cadena helicoidal de su ADN... Ni siquiera habla un idioma concreto, todavía. Y no veo la diferencia.
Seguramente no piensa. Sólo siente. Pero es adorable. Y lo miro. Y me hace sentir y pensar. Lo vuelvo a mirar. Le observo detenidamente... Y algo debe fallar en mi capacidad de percepción, porque no veo en él nada que nos diferencie, excepto el peso de la edad.
¿Será porque las diferencias, las supremacías, se hacen y no se nacen?
FRM 25/05/2018]
Yo, sin embargo, quizás por deformación profesional, me he fijado en la erupción cutánea de su piel. No sé si ese angelito está en la playa, pero debería estar protegido con ese eritema.
ResponderEliminarPreciosa fotografía, Francisco. Seguiré mirando tu interesante blog.
El "ojo clínico" y nunca mejor dicho. La foto la tomé en una piscina hace algún tiempo, María, espero que, a estas alturas, el niño goce de buena salud. Gracias por tu visita, serás siempre bienvenida, amiga.
Eliminara ver si va a ser que no hay diferencias reales, solo las inventadas (por los que se proclaman diferentes en el sentido de ser mejores).
ResponderEliminarVa a ser por eso, amigo.
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