Mirada metafórica, paseando bajo mi ventana. |
La soledad como vacío es sólo una ilusión. Un irreal espejismo interior que se proyecta. La consecuencia de enfocar la visión sólo en lo que creemos que falta, en las supuestas carencias y limitaciones, sin ampliar el objetivo de la mirada a lo mucho que tenemos y nos rodea.
La amapola nos demuestra que su fragilidad es sólo aparente. Resiste al viento con firmeza con su oscilante y dúctil tallo que no se quiebra. Sabe que su belleza, como su vida, es efímera y por eso no pierde el tiempo; aprovecha su corta existencia en la generosa tarea de embellecer y pintar de vida y color los campos, espinos y pedregales.
Hay muchas más, todas parecidas, similares, aunque todas diferentes. Cada una es consciente de su individualidad e importancia en el conjunto.
Porque, un día, alguien apasionado y observador, fijará su mirada y atención precisamente en ella y sólo en ella. Pero únicamente si se mantiene firme, erguida y luminosa, siendo ella misma, cumpliendo y respetando su función, con humilde belleza, convicción y suave generosidad.... Coherente con su dulce destino. Para ser inmortalizada por la amorosa mirada.
FRM [04/05/2014]
Mejor retrato no se podía hacer, Francisco, de esta flor delicada y a la vez salvaje que cerca caminos y cubre campos cautivando desde siempre, en su sencillez a la humanidad. Hermoso tu escrito.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Gracias por tus palabras, Teo, y por mantener mi presencia entre nuestros amigos, durante mi obligada ausencia del ágora de arte y amistad que compartimos.
EliminarGran abrazo lleno de agradecimiento, amigo.