El Rincón del Nómada

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La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)
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domingo, 27 de septiembre de 2015

Homenaje a una artista

Muestra de retratos de la obra "50 en tertulia" de Dolores Montijano

Con la publicación del texto que sigue, escrito el año pasado y publicado en facebook, completo mi homenaje y reconocimiento personal a la obra de la artista Dolores Montijano. Considero innesario subrayar mi cariño por la persona y la admiración que siento por tu trabajo, puesto que de ambos sentimientos sinceros están impregnadas mis letras.

Tenía pendiente el cumplimiento de una promesa para satisfacer gustoso el compromiso de comentar mi opinión sobre la obra artística de mi amiga Dolores Montijano, en justo y merecido reconocimiento a su generoso gesto previo hacia mí.

Y, en honor a la verdad más rigurosa, debo decir que me ha estado frenando la más absoluta y sincera timidez. El pudor inevitable de que una artista de su talla y experiencia valore mi criterio de simple "aprendiz de todo y maestro de nada", como diría mi madre.

Porque, con toda mi honestidad y sin la menor falsa modestia, no puedo concebir como alguien de su categoría me denomina "artista", sin que ello sea en absoluto ironía ni burla hacia mi persona. Cómo puede ser que una artista, ella sí, que acumula más de 300.000 entradas en los buscadores de Internet, debido a los justificados méritos de su trabajo, me conceda el honor de apreciarme como amigo y respetarme hasta ese inmerecido punto. Inmensa gratitud por tu amistad y cariño, Dolores.

Aprovechando estas evangélicas fechas, no puedo por menos que citar, como ejemplo de mis emociones, lo que supongo que sintieron los pobres discípulos del Cristo, cuando el Gran Nazareno se arrodilló a sus pies para lavárselos, dando muestras de una humildad sin límites. La diferencia es que Él lo hizo con carácter de ejemplar enseñanza y lo que Dolores me regala es parte de su naturaleza y grandeza de espíritu, tanto más gigantesco cuanto menos se vanagloria de sus propios méritos.

Si me emocionó la lectura de su libro "Diálogos con Marta", como ya expuse aquí, otro tanto puedo decir del deleite visual que los catálogos de sus obras me han producido, especialmente después de leer las dedicatorias personalizadas que ha tenido la gentileza entrañable de regalarme de su puño y letra, uno por uno, con paciencia monástica llena de sentimiento.

Que nadie piense, no obstante, que lo que antecede condiciona en absoluto mi opinión ante su obra, porque la cronología de lo descrito es inversa al orden con el que redacto esta nota. Es justamente el valor de la misma lo que ha causado en mí la reacción que torpemente trato de resumir.

Porque Dolores Montijano es una artista completa de las que merecen sobradamente los premios y reconocimientos que ya ha recibido y los que, sin duda, se han quedado por el camino.

Tanto es así que no sé con qué capítulo quedarme de su amplia, diversa y rica obra. Si me viese obligado a elegir una sola de sus creaciones, tendría un serio problema ante la riqueza y variedad de su obra, tanto pictórica como en artísticos grabados.

Esta gran mujer, mucho más grande por la pequeñez con la que se presenta a sí misma, es, ha sido y será (ojalá que por muchos años) hiperactiva y polifacética. Es una poetisa que escribe con pinceles, carboncillo, lápiz y buril, tan bien como pinta con palabras. Buena muestra de ello es su librito "33 textos y pretextos", auténtica "delicatessen" que combina bellas imágenes y versos sueltos, a modo de suaves reflexiones y pensamientos profundos.

Las mágicas texturas de sus cuadros, a medio camino entre la figuración onírica y la abstracción, nos trasladan a un mundo íntimo donde la belleza se hace drama y el drama belleza en un explosión incontrolable de color y vitalidad. El mensaje simbólico de sus "Damas de la Cuadra Dorada", sus "Cipreses en el jardín", sus nobles "Caballeros", o su "Columpio eterno", nos conducen con "Pisada Rota" por un camino iniciático al propio interior de la sensibilidad personal de la que se adueña irremediablemente. Óleos, acrílicos, polímeros, tierras y toda suerte de materiales, cobran vida en las manos de esta investigadora incansable que experimenta con todos los medios de expresión a su alcance, ampliando sus propios límites en una creación sin fronteras.

Sus grabados sobre zinc y metacrilato, no desmerecen la obra pictórica comentada e inabarcable con mis pobres y limitadas palabras. Hay cosas que sólo pueden ser sentidas para saborearlas en plenitud.

No me retracto de lo dicho acerca de la dificultad de elección entre su amplia y variada obra, pero si hay algo que me ha sorprendido, quizá por ser lo último que he degustado y por la gran originalidad de la muestra, es el contenido de sus "50 EN TERTULIA". Exposición que recopila una galería de retratos con los que Dolores Montijano ha querido rendir su homenaje particular a otros tantos protagonistas de las Artes y las Letras de su propia época. Sus amores, influencias intelectuales y amistad personal con algunos de los personajes, le han llevado a esta selección en la que si no están todos los que son, sin duda, son todos los que están. Para lograr el sorprendente y espectacular efecto que da vida a los protagonistas de esta muestra, Dolores ha elegido dos caminos, que la alejan a la clásica galería de retratos. De una parte, la artista ha optado por un formato de tamaño natural para sus cuadros que componen una instalación con vida propia, en la que cada pieza individual cobra un valor superior al permitir que el espectador pueda circular entre ellas, disfrutando de la singularidad del conjunto y superando la contemplación pasiva con una inevitable implicación. Por otro lado, la técnica pictórica utilizada denota una creatividad y atrevimiento nuevos y efectistas, al plasmar con estilo casi hiperrealista los rostros de los personajes, mientras que los cuerpos son una estilización icónica y casi serigráfica de colores y atuendos que refuerzan y subrayan la personalidad de los retratados. Un resultado magistral lleno de originalidad y fuerza expresiva.

Quedo tranquilo al cumplir con estas palabras mi compromiso, pero no cede en mí el desasosiego de la incapacidad de estar a la altura de describir lo que la obra de Dolores Montijano merece.

Tampoco dejaré de sentir nunca el mayor de los agradecimientos por el gesto que has tenido hacia mí, queridísima y admirada amiga.

Todo mi cariño y respeto, maestra.

FRM [16/04/2014]

martes, 23 de junio de 2015

Realismo con alma

Obra de Antonio G. Beguer

De nuevo me enfrento al gratificante vértigo de atender la petición de un amigo que me solicita una "crítica" de su obra artística.

Es muy gratificante, por el honor que me hace su elección de una pluma que nunca llegará a la categoría de sus pinceles. Y vértigo, porque carezco de la formación y criterio para ejercer como crítico del arte pictórico que amo y respeto como rendido aficionado desde mi infancia.

No viéndome capaz de ser un buen crítico, me repele la posibilidad de sumarme a la petulante legión de los malos que suelen aburrirme hasta el hastío, cuando me veo enfrentado a sus "ombliguistas" opiniones y redacciones engoladas de pretendidos especialistas.

Afortunadamente, me sentí relajado cuando mi amigo me dijo: "Me interesa mucho que indiques tu opinión personal". Porque esa sí la tengo, clara, definida y firmemente afianzada. De eso y por eso, sí me atrevo a escribir sin pudor, porque sólo a mí propia honradez personal debo lealtad, aunque me reste objetividad, si es que esta discutible posición es posible.

En consecuencia, dependiendo sólo de mi limitada capacidad para ello, trataré de transmitir mi opinión sobre este gran artista y buen amigo que es Antonio González Beguer.

Plácido Domingo (Beguer)
Descubrí la obra de "Beguer Pintor", como se denomina en facebook, en esta red social entre cuyo abigarrado pajar busco y, a veces, encuentro afiladas agujas de diferente valor. Su hallazgo, hace algo más de dos años, fue uno de esos pinchazos con aguja de oro que pasan de la piel y llegan al estómago con ese estremecimiento inevitable de hallarse ante algo capaz de conmover e interesar a todo amante del arte en general y de la pintura en particular.

Desde entonces, son muchas las obras que he podido admirar de este magistral autor autodidacta que, a la mitad de su vida, ha realizado una enorme cantidad de obras, tanto por encargo como por deseo propio. Su calidad e inusitada capacidad de trabajo es tal que es de esos afortunados genios que se dedica exclusivamente a lo que le gusta hacer y tan bien hace... pintar incesantemente.

Antonio G. Beguer
Este zaragozano, nacido en 1959, es, por sus méritos, restaurador de bienes culturales de Aragón en la especialidad de pintura. Lo que, sumado a los muchos encargos que recibe, apenas le deja tiempo para pintar otras temáticas propias o realizar exposiciones. Por este motivo, la mayoría de sus obras son retratos y figuras, aunque sus incursiones en los bodegones son realmente espectaculares, cuando es capaz de convertir en materia artística los elementos más vulgares y cotidianos, como unas simples latas de refrescos. También se nos ha mostrado como un consumado pintor de arquitectura en una reciente serie de óleos de iglesias y catedrales que reconstruye en la tela con el mimo y la precisión de los artesanos canteros constructores del pasado.

Su pintura es realista, pero tiene "ese algo" que recrea la realidad dotándola de una dimensión que los ojos no siempre perciben, pero su mirada capta y sus pinceles describen estéticamente. Beguer nos adentra en esa extraña poesía que late en los detalles insignificantes, por los que siente pasión y, sin caer en la obsesiva exacerbación, paradójicamente irreal, del hiperrealismo,  nos muestra en sus lienzos el alma retenida eternamente de las personas y objetos que pinta.

Pasión por el detalle
A quienes contemplamos su obra nos aporta una nueva vivencia de la mirada al realismo figurativo que puede aportar aquella "felicidad intemporal de la visión" de la que hablara Aldous Huxley. Esa contemplación en la que confluyen la ensoñación con el reconocimiento de las formas.

Probablemente la clave de esa percepción, de casi imposible descripción, está en que su obra está impregnada de la esencia de lo pintado. Es un realismo con alma que trasciende su técnica magistral.

He repetido el adjetivo de "magistral", eludiendo la intencionalidad laudatoria. Es magistral, porque Antonio G. Beguer ejerce generosamente de maestro de cuantos seguimos su trayectoria, dedicando tiempo y atención a regalarnos amplias explicaciones de su forma de pintar, mostrándonos, incluso, el paso a paso del desarrollo de algunas de sus obras.

Y es que Beguer es, antes que pintor, un gran ser humano. Un buen hombre, lo que llamamos coloquialmente una bella persona. Puede que sea por eso, porque su propia alma se mezcla con los pigmentos, por lo que su obra puede definirse con todo rigor como "realismo con alma".

Mi sincero afecto, respeto y admiración para ti, amigo Antonio.

FRM [06/06/2015]

martes, 30 de diciembre de 2014

La magia de los bolis

Pintura con bolígrafos. Viro Art Pen

¿Quién de nosotros no ha hecho dibujos con un bolígrafo?

Creo que ni tú ni yo, querido lector, hemos podido sustraernos a la consecuencia de una clase aburrida o al gesto inconsciente de utilizar el boli de turno para plasmar cualquier cosa en forma de dibujitos, más o menos afortunados, mientras pensamos en algo o hablamos distraidamente por teléfono.

Personalmente, recuerdo que mi pupitre del cole fue mudo testigo de muchos de mis dibujos en los que repetía de memoria los aviones, armas y vehículos acorazados que los inolvidables tebeos de "Hazañas Bélicas" habían tatuado en mi retina de la mano maestra de su autor Boixcar.

Hasta aquí, todo entra en lo que podemos considerar normal y habitualmente reiterativo, en casi todo el mundo sin excepciones. Pero, he aquí que, al hablar de excepciones, no hace mucho tiempo que descubrí algo insólito a lo que no podía dar crédito. Ocurrió de manera fortuita y fue una de las más gratas sorpresas entre las muchas que me ha deparado mi presencia en la red social facebook.

En esa feliz ocasión que hoy comparto, descubrí que una mujer encantadora, hoy buena y querida amiga, había elevado el humilde boli al pedestal de las herramientas pictóricas más mágicas y eficientes, logrando crear obras maestras de la pintura, con el simple uso de ese modesto compañero infatigable de apuntes y notas.

Me refiero a Virginia Rodríguez Cañete, que en su página de facebook, Viro Art Pen, demuestra que ha hecho arte del bolígrafo, como reza el justificado subtítulo de su galería virtual en la red.

Nada puede sustituir a las imágenes para demostrar lo que las palabras no alcanzan, especialmente en lo que concierne a las artes plásticas en las que mi amiga es maestra consagrada. Así pues, guardo respetuoso silencio para contemplar boquiabierto, una vez más, las obras que ilustran esta inevitable reseña sobre el admirable trabajo de esta asombrosa artista.

FRM [30/12/2014]

"Vistas y reflejos, a través de una cabina de Montague Street". Pintura con bolígrafos. Viro Art Pen

lunes, 22 de diciembre de 2014

El "Emocionalismo"

Un estilo artístico con sello propio

Hace unos meses se me planteaba una difícil e inesperada cuestión: "¿Cómo definirías mi estilo de pintura?".

La pregunta entrañaba una doble complejidad. En primer lugar porque quien me la formulaba estaba dando por supuesto, de forma implícita, mi capacidad, conocimientos y formación suficientes para aproximarme a la respuesta, lo que es mucho suponer en un simple aficionado enamorado de la pintura.

Y, en segundo y no menos importante y limitador, la pintora y escritora autora de la pregunta es una persona muy querida, admirada y respetada por mí, lo que dificulta el distanciamiento necesario para tratar de objetivar una mirada crítica que pudiese aproximarme a tan ambiciosa respuesta. Se trata de la artista Ángeles Córdoba Tordesillas, conocida como Ángel C. T. y que expone una significativa muestra de su obra en la página de facebook Arte-Ángel.

Admito que, durante algún tiempo, barajé las posibilidades que conozco con escasos resultados satisfactorios. Me sentía desconcertado y, en cierto modo, incapaz de lograrlo.

Paisaje estival (Ángel.C.T.)
Es cierto que en su obra me parecía encontrar claras referencias de impresionismo, pero se fundía con la abstracción para, acto seguido, desembocar en un cierto surrealismo... En su trabajo, no era difícil hallar posibles influencias inconscientes o rastros involuntarios de Chagall, Modigliani, Kandinsky, Picasso, Klee, Matisse... incluso de Dix y Baselitz.

¿Por qué? Porque tiene algo muy difícil de definir, imposible de encasillar en alguna de las manidas etiquetas conocidas... su propio estilo. Un estilo que brota imparable con un caudal torrencial cargado de ingenuidad y profundidad conceptual, con una técnica libre y depurada de pincelada suelta e hiperexpresiva que revaloriza la dificultad intrínseca de la acuarela, su técnica de expresión más frecuente, al menos en la mayoría de la obra que conozco.

Mujer (Ángel C.T.)
Es muy posible que en el caso de Ángel se dé una circunstancia que determina las características personales de su especial estilo. Esta artista tiene una enfermedad visual degenerativa que, con constancia, tenacidad y excelente actitud, ha convertido, haciendo de la necesidad virtud, en un sello diferencial; tal y como ha sucedido en el caso de otros pintores de ayer que hoy son maestros reconocidos, gracias a los estilos diferentes que, en su momento, desarrollaron a partir de problemas equivalentes.

Dejando de lado los indudables méritos y admirable fuerza de voluntad que demuestra Ángeles Córdoba Tordesillas, es probable que su forma de pintar esté muy determinada por la mencionada deficiencia progresiva en su visión que ella define, bienhumoradamente, como de "medio ojo", haciendo imposible citarlo como un "problema que padece", y que le ha dado la clave para su referencia constante a las pinturas hechas por ella con "sus gafitas", como siempre menciona en su blog "desde mi nube y con gafitas".

No hay que ser crítico, ni entender de pintura, condiciones que, como ya he dicho, yo no reúno como simple aficionado. Sólo hay que sentir emociones. Y de esa facultad de hacer sentir emociones, la emocional obra de este Ángel está sobrada.

Beso (Ángel C.T.)
Y ahí encontré la clave para la respuesta a la pregunta pendiente. En esas emociones que Ángel sabe plasmar y transmitir a todo el que contempla sus obras y así lo manifiesta. Entonces brotó como un relámpago de lucidez cuando ya había olvidado la tarea de buscar la respuesta a la pregunta que originó la reflexión que aquí resumo hoy, cumpliendo mi compromiso antes de que finalice este año.

En mi humilde opinión, el personal estilo de esta especial pintora merece ser llamado "EMOCIONALISMO".

Lo que podemos definir literalmente como:
El cultivo de un estado emocional de la mente con tendencia a considerar las cosas de una manera emotiva y transmitirlas para que el receptor lo contemple y procese de la misma forma.

Si no estoy mal informado, tal denominación sólo ha sido aplicada a ciertas escuelas o tendencias filosóficas. Estamos, por tanto, ante el nacimiento de un fenómeno que ojalá algún día haga fortuna e historia como el resto de "ismos" de la pintura, pues algunos habremos tenido el inmenso privilegio, en el pasado, de asistir a su nacimiento y gozar de la amistad de su creadora.

Y puede que no sea objetivo... porque, como he dicho, también admiro y aprecio mucho a la inmensa persona que incuba a la gran artista que lleva dentro... aunque no siempre estemos de acuerdo en todo, por supuesto.

FRM [22/12/2014]