Sólo la congelación en una imagen capturada y retenida, en una fotografía o un texto, puede servir de retrato simbólico de ese presente que no es otra cosa más que una metáfora verbal y existencial entre las ruinas residuales del pasado que ya no es y la luz del horizonte futuro que será. Y ocurre que, a veces, esa imagen se manifiesta incoherente, como entre paréntesis cronológicos, entre dos momentos de un pasado que reviven y resucitan como presentes pretendidamente despedidos pero no olvidados.
Un permanente contraluz del SER que sobrevive en el recuerdo y estimula para el viaje del nómada peregrino... No se puede vivir el presente, pues no existe. Sólo se transita sobre él, entre ajadas hojas de calendario y esquivando agujas de reloj, hacia el eterno tiempo sin tiempo, con serenidad y sosiego... o a saltos y sobresaltos.
FRM [17/07/2016]
![]() |
Foto propia, Revilla de Pomar, Montaña Palentina. |