El Rincón del Nómada

El Rincón del Nómada
La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)
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lunes, 16 de abril de 2018

Pasajero del tiempo

Mi hermano, Mariano Rodríguez Mayoral

Uno de los pocos buenos acontecimientos de una mudanza integral es que te reencuentras con fragmentos de un pasado poliédrico, casi intemporal, y ya olvidados entre los pliegues de la memoria.

En ese trasiego de gratos recuerdos, limpieza de desapegos y reencuentros inesperados, me he tropezado de improviso, como al doblar una esquina de mi presente, con un poema que me escribió mi querido hermano como regalo de mi cumpleaños de 2005, año en que se gestaba mi anterior muerte iniciática y renacimiento renombrado, cumpliendo un inevitable y reiterado ciclo, recientemente repetido, en el continuo devenir del permanente aprendizaje en mi nómada destino.

La dedicatoria, con la que Mariano firma su emotivo y poético regalo "Pasajero del tiempo", puede resultar críptica para muchos, pero no me resisto a recogerla porque complementa perfectamente el obsequio versificado. Hoy (*), camino de su octavo aniversario, cobra para mí nuevo e intenso valor con la emoción que sólo supera el cariño y admiración que siento hacia su autor. Gracias, querido hermano, poeta, escritor y, a ratos, dibujante y pintor.

La dedicatoria dice, dijo, así:

«Con todo el cariño y admiración de siempre.

Eres el único que me hace asomarme a viejos ventanales
y el "trágico" evento de esta fecha,
bien merece el intento de arrimar el ascua a un fuego
que afortunadamente mantiene su rescoldo.

Muchas felicidades (21-07-2005)»

PASAJERO DEL TIEMPO

Pasajero del tiempo desbocado
que engarzas emociones y cordura
mientras la suerte, itinerante y dura
fustiga con espueslas tu costado.

Dime acaso si hallaste en la locura
de tanto ir y venir a cada lado
la pérfida señal de haber estado
solo en la soledad de tu montura.

Sabes de haber nacido por recado
depositado en tu cárcava inmadura
por otras voluntades. Hoy perdura
la vieja sensación de amamantado.

Sirve entonces, a modo de armadura,
la sombra del recuerdo aprisionado
en no se sabe que arcón abandonado
de ensueños, personajes y andadura.

Y nuevamente solo te ha encontrado
la dama de alma negra y amargura
que busca de la luz la más oscura
para hacerte sentir que has terminado.

Mariano Rodríguez Mayoral

FRM (*) [16/04/2013]

lunes, 26 de diciembre de 2016

Adiós 2016

"Caminante no hay camino". Obra de Mariano Rodríguez Mayoral, 2013

A cinco días del final de su camino, este año 2016 se me antoja representado por el anciano abuelo que pintó mi hermano para conmemorar el nacimiento de su primer nieto. El personaje, entrañable y sabio, camina con dignidad, bajo el peso de su experiencia, hacia la entrega de la simbólica antorcha vital al joven heredero a punto de nacer.

Y, como todo lo que me ha hecho disfrutar y sufrir durante el discurrir de su existencia, 2016 ha sido un año extremadamente intenso. Rico en vivencias, saturado de emociones, repleto de hallazgos y pedagógicas decepciones. Todo lo doy por bien vivido, pues vida muy viva ha sido.

Lo propio y lo ajeno he sentido, inagotable he descubierto y aprendido, pues estoy convencido de que sólo ese es el buen sentido del escaso y mal llamado el "común sentido", teórico por en la práctica poco compartido.

Dos grandes e involuntarios halagos, como crítica negativa he recibido, ser demasiado "intenso" y "dar demasiado"... De ambas cosas no me arrepiento y espero seguir aumentando a lo largo de mi tiempo. Hay otros rasgos que sí lamento y rechazo; por lo que, una vez reconocidos, evitaré mantener conmigo.

Ilusiones ha habido y, como tales, se han desvanecido. Pero otras nuevas vendrán, pues evaporarse pueden, pero, como hijas del alma, morir no mueren.

Confirmado ha sido, en mi íntimo balance, que la soledad es el mejor campo fértil donde nace y se cría frondosa y generosamente la libertad responsable, cuyas semillas albergan el germen de los mejores y más nutritivos frutos. De sabor dulce, salado, ácido o amargo... incluso picante, pero siempre alimentando la felicidad real.

Porque, recordando al admirable Viktor Frankl, pienso que la libertad es el camino de la felicidad; convencido, como él dijo, de que: "No podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía."

Y me siento feliz, porque mis amigos, los que me quieren de verdad con la generosidad y comprensión del más auténtico, elevado y desinteresado amor, saben apreciar y corresponder a mi libre lealtad y disponibilidad, los dos valores que más autentifican la calidad de las personas y las relaciones humanas... en 2016 y siempre... Sigo caminando.

A todos deseo... ¡Feliz 2017!

FRM [26/12/2016]

De Rafael Alberti y Salvador Dalí se ha dicho que el primero era un pintor que escribía y el otro un escritor que pintaba. Otro tanto, salvando las distancias, me gusta decir de mí mismo y de mi querido y admirado hermano, que escribe mucho mejor que yo y pinta como puede apreciarse en la hermosa ilustración que ilustra esta reflexión, realizada con lápices de color.