El Rincón del Nómada

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La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)
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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Conciencias de calendario

"Natividad". Georges de La Tour

Desde hace muchos años soy muy consciente de lo que las fechas navideñas son y representan. Ello ha modelado mi actitud personal ante sus fastos, sus ficciones y alharacas, sin que nada me impida sentir el más sincero y profundo respeto por cualquier otra actitud y comportamientos basados en creencias o inercias tradicionales que no comparto pero acepto en el prójimo e, incluso, me evocan nostálgicos recuerdos.

Sólo hay algo que me resulta más difícil de digerir que los tradicionales excesos gastronómicos de estas fechas: La hipocresía y el exhibicionismo de las que yo llamo "conciencias de calendario".

La necesidad que sienten ciertas personas de decir o hacer ciertas cosas "bonitas" para poder vivir una Navidad en su concepto personal de "PAZ". Para poder alegrarse de ello y sentirse llenas de AMOR y SOLIDARIDAD ante el espejo. Y, sobre todo... CONTARLO a todo el mundo, pregonarlo y ponerlo para que luzca en el decorado y edulcorado escaparate de su personaje social.

Porque, hay que reconocer que ni el AMOR ni la PAZ tienen el mismo sabor si no se exhiben públicamente como un atributo que distingue y enaltece a quien es capaz de la hazaña de decir y hacer lo que quiere para poder vivir una Navidad en PAZ... Hosanna!

Pasada la Navidad y fiestas aledañas, todo se reduce a deshacer lo hecho y desdecir lo dicho. Es sencillo, transcurridas 48 horas de PAZ, ya ha sido suficiente; aunque, claro está, esto último no se publica... por supuesto.

Porque lamentablemente la vida no es Amor, aunque se empeñen en reiterarlo los apóstoles de que "el bien entendido empieza por uno mismo"; es un lucha constante entre el egoísmo y la supervivencia como persona. Y en Navidad se recrudece porque la gran mayoría de los que tienen no comparten y los que no tienen envidian a los que tienen. Actualmente la Navidad es un manejo más para reactivar el consumo y hacer que soportemos analgésicamente lo que en otros momentos no tenemos ganas de tolerar ni estamos dispuestos a hacerlo: el victimismo y el lavado de conciencia familiar.

La auténtica Navidad no nació ni se instituyó pensando en el Amor, se estableció para celebrar el renacimiento de la vida asociado al solsticio de invierno, con el regreso del Sol, o la festejada conmemoración del nacimiento de una divinidad, llamárase Mitra o Jesús. A mí me parece bien que haya celebraciones navideñas, es una cuestión de respeto a las creencias, pero pretender mezclarlas con los sentimientos y vincularlos, sólo y enfáticamente en estas fechas, me parece muy hipócrita.

Debe ser porque únicamente los pobres seres humanos, pequeños y ácratas descreídos, no disponemos ni necesitamos de fechas concretas para casi nada en el calendario de la vida, tenemos que apañarnos con cualquier día del año para decir o hacer aquello que nos permite vivir en paz discreta y permanentemente, aunque no lo pregonemos con luces y mensajes edulcorados.

FRM [25/12/2016]

viernes, 12 de diciembre de 2014

El regreso del Sol

(Foto propia)

«Esta es la noche del solsticio, la noche más larga del año. Ahora las tinieblas triunfan y aun así todavía queda un poco de luz. La respiración de la naturaleza está suspendida, todo espera, todo duerme. El Rey Oscuro vive en cada pequeña luz. Nosotros esperamos al alba cuando la Gran Madre dará nuevamente a luz al sol, con la promesa de una nueva primavera. Así es el movimiento eterno, donde el tiempo nunca se detiene, en un círculo que lo envuelve todo. Giramos la rueda para sujetar la luz. Llamamos al sol del vientre de la noche. Así sea».

Con estas palabras pronunciadas por una sacerdotisa en la Antigua Roma se iniciaban las fiestas agrícolas de la Saturnalia. Estos festejos daban la bienvenida a un nuevo período anual en que el Sol volvía a acercarse a la Tierra, alargando los días y renovando la vida. Así, de la apropiación cristiana de aquella fiesta rural y pagana, nació posteriormente la Navidad que nosotros celebramos actualmente.

Feliz solsticio de invierno y un luminoso Año Nuevo.