![]() |
Gharbat Gula. "El rostro de la guerra". Óleo sobre lienzo, 2003. Mi copia de la fotografía de Steve McCurry. National Geographic, 1985 |
Te miro
y me fascina tu mirada.
No es sólo por la insólita belleza de tus ojos,
de ese color verde de no esperanza,
es por la fuerza profunda que me llega de tu alma
y conmociona mi espíritu con gotas de enojo.
Te miro
y en tu mirada leo un epitafio
de incomprensión y desconcierto lacerado,
vacío desolado, tienes sólo doce años
y hace pocas horas a toda tu familia han masacrado.
Bajo escombros de bombas yacen tus padres y hermanos.
Te miro
y de mis ojos brotan las lágrimas
que de los tuyos se han ausentado.
Fuera estás de tu patria, querida niña afgana,
arrastrando con dignidad tu soledad y desamparo
por un campamento pakistaní de refugiados.
Te miro
y no comprendo tu aparente serenidad
cuando yo me sublevo indignado.
No veo un rictus de dolor, no sé si es desconcierto congelado,
tal vez estupefacción ante el absurdo y cruel desatino
de unos intereses lejanos que, avaros e indiferentes, han sellado tu destino.
Te miro
y me revelo ante la injusticia
que ha convertido tu belleza en mundial noticia.
Me invaden la rabia y el amor, confundidos ante tu visión.
Y, tomando las únicas armas que me son fieles,
te rindo homenaje con los pinceles.
Te miro
y siento que te quiero. Nunca sabrás como te admiro,
ni tú ni yo importamos a este mundo que con tambores de guerra danza.
Pero aquí y ahora te prometo y digo
que, para siempre, en el alma estarás conmigo,
con tus doce años congelados y tu mirada de verde desesperanza.
FRM [10/07/2014]