Foto propia, desde otra ventana. |
Nubes difusas,
nubes confusas
forman en mi cielo
la conocida urdimbre
de la incertidumbre.
Nubes del anhelo
que recuerdan otros azules
soñados sin desvelo
cuando disparejos
eran los vuelos.
Nubes cambiantes
que desconocen
si vuelan o flotan
hacia atrás
o hacia delante.
Nubes inseguras
llenas de dudas pendulares
que se aferran a la seguridad evanescente
de un efímero presente
inconscientes de ser agua de una fuente.
Nubes nutricias
dadoras de vida
si aprenden a regar
en tierra fértil
en sus idas y venidas.
Nubes peligrosas
si el frío congela
su agua contenida
y apedrea a quien las mira
sin conciencia ni clemencia.
Nubes, nubes, nubes...
siempre presentes
como amantes fugaces
de blanco y esponjoso
corazón ardiente.
FRM [09/08/2016]
Las nubes nos sirven para escribir-describir una parábola, inserta en la propia vida. Como la que bien podría entresacarse de estos versos donde las nubes cobran protagonismo. Un poema muy tuyo, querido amigo, delicioso de verdad.
ResponderEliminarFuerte abrazo desde el invierno barcelonés. Teo.
Me ha gustado mucho tu comentario, querido amigo Teo. Estás muy bien orientado con apreciación de las nubes como parábola existencial. Y me ha sorprendido especialmente eso de "poema muy mío", por lo que parece indicar de que me concedes un determinado estilo reconocible de lo que no soy consciente en absoluto. Abrazos grandes y cálidos.
EliminarCuando digo tuyo, es por esa manera tan especial que tienes de mimar el verso, de componer estrofas, de acabar los poemas... Sí muy tuyo. Y me agrada.
EliminarMuchas gracias, amigo. Supongo que lo percibes tú más que yo. Abrazos.
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