Sabía amar y hacerse amar, cuando ellas se sentían atraídas. Y, en cuanto se cansaban, era experto en poner las cosas fáciles.
Generosamente, inspiraba el rechazo preciso para tranquilizar la femenina conciencia y aportar gratuita justificación a las mentiras y traiciones previas. Era fácil, sólo se precisaba permutar causas y efectos.
FRM [11/09/2016]
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