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Dudas, dudas, dudas, dudas, dudas, dudas, dudas, dudas, dudas, dudas, dudas, dudas...
Tenía tantas dudas en su vida que, en sus desquiciados devaneos, devastó y desgastó, hasta agotarlas, con y en ellas, las "des" del alfabeto de su lenguaje, por lo que no pudo evitar que su tradición se convirtiese en traición.
FRM [15/09/2016]
Vaya con la crónica, Francisco.... Las dudas nos invaden desde que nacemos y se van con nosotros cuando nos vamos; creo que son una de las más files compañías que nos ofrece la vida. Singular D la que nos dejas, que acrecienta más dudas. Muchos abrazos.
ResponderEliminarTeo
Ciertamente, Teo. Pero a mi modo de ver las cosas, las dudas tienen o pueden tener dos acepciones muy distintas. Las que se convierten en motor, acicate y estímulo de la curiosidad y la búsqueda, en su vertiente positiva. Y las que se enquistan como mecanismo recurrente de freno para vivir en constante incertidumbre propia y ajena, con consecuencias imprevisibles. A este segundo grupo se refiere mi "crónica de amor negro" cuyo nacimiento como género puedes leer aquí para despejar las dudas que mencionas:
Eliminarhttp://el-rincon-del-nomada.blogspot.com.es/2016/09/cronicas-de-amor-negro-0-el-origen.html
Abrazos.