Foto propia. Zoológico de Barcelona |
Recelo de quienes alardeen constantemente de lo mucho y buenos que son o de aquellos que se envuelven en los ropajes de la falsa humildad para provocar el halago de los coros huecos. En el fondo, son gente pequeña, vacía y miserable que adoran su ombligo. Plomo burdamente enmascarado de falso oro. Prepotentes y vulgares mediocres frustrados, cuyo narcisista ego hipertrofiado sólo busca deslumbrar a los demás con purpurina y fuegos de artificio.
Cuídate de esos especímenes, porque quien realmente ES algo o alguien, no necesita decirlo... se le nota y es más percibido en el silencio de sus obras que en el ruido de sus prepotentes palabras.
FRM [07/09/2013]
Gran consejo tejido con esa elegancia que te caracteriza, sin llegar nunca a esa palabra grosera, pero certera.
ResponderEliminarLa de Pavos Reales que nos envuelven en el día a día con sus ensortijadas plumas!!!
Gracias, Sergi. Tienes mucha razón... Si esos "pavos" volaran, no veríamos la luz del sol.
ResponderEliminarMejor no lo podías decir, amigo Francisco: completamente de acuerdo. Si algo me repele personalmente y expresamente del ser humano, es ese alarde de "mejor que yo nadie, mira qué guapo soy y cuánto valgo" o esa falsa humildad o modestia que esconde lo mismo pero con trampa resultando aún peor pues engaña más. Gracias pues estas cosas hay que recordarlas y saberlo hacer como las hecho tú con tan pocas pero certeras palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarTeo.
Repulsión es exactamente el sentimiento que me producen ese tipo de personajes, aunque confieso que en alguna ocasión me han engañado inicialmente, particularmente los del grupo de la falsa humildad. Eso puede llegar a ser muy doloroso, pero siempre es instructivo en el equipaje de la experiencia. Gracias, Teo, por estar en las antípodas de ellos y honrarme con tu amistad. Abrazos.
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