El mareo nubla la mente. Vueltas y más vueltas sobre el mismo eje. Subiendo, bajando... con riesgo de acabar cayendo. Una mano te sujeta. Otra te empuja, aunque no lo sepa. Una más te arrastra, aunque no lo desee. Las caras se repiten, sonrisas que son muecas. El paisaje, siempre el mismo... borroso, te envuelve. Se repite en cada vuelta. Inmóvil en el movimiento aparente. Y todo da vueltas, giros y giros, siempre sobre el mismo eje. Blanco, negro... Negro, blanco... Enloquecido y enloquecedor contraste sin transición ni motivo.
Gritas y no te entienden. Subiendo, bajando. El estómago se revuelve. La alegría se torna miedo. El brillo entusiasta en los ojos enmudece y se humedece... Basta de vueltas y más vueltas. Basta de giros sobre el mismo eje. Basta de subir y bajar sobre lomos inciertos.
Apearme quiero de este tiovivo... antes de sentirme tíomuerto.
FRM [22/11/2012]
Foto propia |
Me ha encantado cómo lo has narrado... Has conseguido marearme, eso sí.
ResponderEliminarSI lográramos disfrutar de ese loco movimiento en círculos, podría llegar a ser divertido.
Cuando era niña, lo que más me gustaba del tiovivo era cuando paraba y mi papá venía y me tomaba en sus brazos... Me lo has recordado ahora. Gracias.
Vaya, lamento haberte mareado, no era mi intención... De todas formas, en mi metáfora trato de expresar que moverse en círculos recurrentes con los mismos altibajos, una y otra vez, no conduce a nada, excepto al estéril mareo que mencionas. Hay que optar por el avance, asumiendo que pueden vivirse experiencias de todo tipo, pero deseablemente nuevas y enriquecedoras. Celebro haberte evocado ese feliz recuerdo. Gracias a ti, Ángel.
ResponderEliminarMuy bueno... Hasta tiene música de fondo....
ResponderEliminarEsos círculos que nos llevan una y otra vez al mismo punto...hasta que conseguimos salir, para trazar un camino nuevo.....tíovivo/ tío muerto, me ha gustado :-)
A veces se tarda mucho tiempo... pero, por fortuna, es posible. Muchas gracias, Susana, me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarSí, claro que es posible ;-)
ResponderEliminarY muy sencillo, si fuera del carrusel se halla la mirada de unas manos atentas y cariñosas...
EliminarFrancisco, cómo nos alertas de esos mundos reiterativos en que nos movemos a veces sin darnos cuenta pese al mareo, pese al vómito. Quizás por miedo a apearnos y caernos mareados al suelo, quizás por temores a avanzar por caminos más serenos. En fin: la vida puede ser un carrusel, lo dices envidiablemente bien. Muchas gracias, apreciado amigo. Siempre sorprendes...
ResponderEliminarLo más difícil de aprender y, sobre todo, de llevar a cabo, es descabalgar de la "zona de confort" marcada por la inercia existencial. Y ello es asignatura obligatoria para llegar a ser plenamente. Siempre con cuidado de no romperse la crisma en el intento. Graciaa ti, amigo Teo.
EliminarSiempre me gustó el tiovivo o carrusel, por la ornamentación de los caballitos, pero no me gustaba subir, terminaba mareada de tanta vuelta, de cambiar continuamente el punto de referencia, arriba, abajo. dibujas muy bien la vida en ese carrusel, en ese eje del que deberíamos despegarnos...que la vida está más allá de ese redondel!!! Felicitaciones.
ResponderEliminarAsí es, querida amiga... Pero no es tan fácil verlo con nitidez... Lo impiden o dificultan los propios giros. Besos, Karyn. Y gracias por tu visita.
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