Foto propia. "Noches de despedida" |
Me acuerdo de ti
y de cómo la tarde al caer
se pegaba a tu cuerpo
para decirme "amor" al oído,
susurrando,
de puntillas,
ante mis ojos cerrados
al sueño
que se abre a la fantasía.
Sin heridas,
con deseo,
me acaricia el recuerdo.
Y tú.
Y tu afán de amante consentida,
queriéndome como siempre
he querido.
Tu nombre viene a mi boca
y me sabe a fiesta compartida.
A repetidas risas.
A vuelo de mil vidas,
contenidas y liberadas
entre idas y venidas.
Todo se mueve en mi cuerpo,
alborotando mis días.
Ya no hay más salida
que esta luz cristalizada,
en mi lágrima temblona que grita
a la llama que encendiste
en los días que renacían.
Ya sólo hay
aromas de satén arrugado
entre placer,
en el hoy,
en el ayer,
en los surcos de mi adeudada piel
y en el sabor amargo de las noches
de nuestras tristes despedidas.
FRM [08/03/2019]
El recuerdo... esa sensación de opresión emocionada en el centro del pecho, en la boca del estómago, en la punta de los dedos y de la lengua.
ResponderEliminarDiscúlpame la osadía de mi aportación. Me la ha provocado tu maravilloso poema. Genial, Francisco.
Tu bello y sentido comentario merece cualquier hermoso calificativo, pero nunca el de osado. No sabes cómo agradezco esa emoción que transmites. Eres un encanto, querida amiga Mercedes. Besos.
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