El Rincón del Nómada

El Rincón del Nómada
La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)

domingo, 26 de mayo de 2019

El cuaderno de los cuadernos

Foto propia. "El cuaderno de los cuadernos". Pedro Crespo Refoyo

Parece un libro
aparente novela
y es vida plena.

Comienzo este intento de reseña literaria del libro que le da título, con la impúdica transcripción de la dedicatoria personal de su autor, desproporcionadamente halagadora en su primer párrafo y por el carácter premonitorio, profético, tal vez, del segundo. De su puño, letra clara y tinta, reza así:

"Para mi amigo Francisco Rodríguez Mayoral, que nació ya iluminado por las antorchas todas de las Musas y se ha de despedir enamorado.

Nunca, hermano Francisco, recuerda, volverás a leer un libro como éste que ahora tienes entre las manos: ni tú ni él seréis los mismos... Ni siquiera los personajes."

Pedro Crespo
Madrid, miércoles 8 de mayo de 2019

Y, añadiendo honestidad al impudor, debo admitir lo pretencioso del enunciado inicial; puesto que, careciendo de la experiencia y formación para hacer una auténtica reseña literaria, mis escasas capacidades quedan pulverizadas ante el reto de describir mis vivencias y sentimientos como simple lector y, en esta ocasión, coprotagonista y personaje involuntario de una narración que se define como novela y no lo es, aun siéndolo.

En adelante, seguiré utilizando como convención la palabra "novela", a pesar de que, repito, no he sentido este libro estrictamente como tal, pues más que leerlo, lo he vivido.

¿Realidad ficcionada? ¿Ficción realizada? ¿Metaficción? No me atrevo a encasillarla, no soy capaz o no se deja. Estamos ante una obra literaria con vida propia, magistralmente construida en lo narrativo e inusual rigor gramatical, con riqueza de léxico infrecuente y una medida estructura que construye con fluidez una arquitectura compleja en su sencillez, haciéndola sencilla en su complejidad.

Novela coral, con más de una docena de personajes, entre los que acaba encontrándose el lector, bajo la tutela permanente del autor, compartiendo la conflictiva y desgarrada experiencia de un muerto muy vivo y algunos vivos casi muertos. Porque la historia narrada absorbe, abduce al lector con una suerte de mecánica cuántica que eleva un ámbito cotidiano a la categoría de multiversos pluridimensionales en lo que todo es posible, todo es interpretable.

Metáfora en la que, lo potencialmente punible, representa y simboliza el rescate y resurrección de los generosos valores subyacentes en la bondad y el amor.

Humanidad por arrobas, con todas sus luces y sombras. Tensiones humanas en las que la emoción se impone a la razón, más allá del sentido común y de la fe en la religión.

Estamos ante un obra literaria diferente, sin precedentes, en lo que a mi experiencia de lector respecta. Una delicia que subyuga sin estridencias, con la serena fluidez de una paradójica naturalidad en la osada utilización combinatoria de espacios y tiempos, tejiendo redes sorprendentes con las vidas de personajes y lectores.

Una novela culta sin pedantería, con pocas y bien traídas citas. Un alarde de animismo que otorga vida a ese cuaderno de los cuadernos que le da y justifica su merecido título.

Después de degustar este plato, que se me ha antojado escaso al terminar, me queda en el paladar el buen sabor de la redención de las miserias humanas, con la renovada esperanza de que la generosidad del auténtico amor todo lo puede, cuando se antepone al enquistado egoísmo cultural.

Gracias, fraternal amigo, maestro, escritor y poeta, Pedro Crespo Refoyo.

FRM [25/05/2019]

2 comentarios:

  1. No encuentro palabras, tras leer esta reseña, tan emocionada como elocuente, para agradecer tanto y tan elevado elogio.Es muy difícil para el autor valorar lo que un lector, desconocido para él hasta hace menos de seis meses, puede sentir leyendo una historia y una peripecia como las que aquí, en "El cuaderno de los cuadernos", palpitan. Solo me cabe agradecer a mi fraternal amigo Francisco tan vívido encomio. Es tanto cuanto dice, que la emoción se aúpa sobre la acción; tanto, que lo concreto deviene abstracto; tanto, que, sin desvelar el asunto de la peripecia vital, uno barrunta que ahí, entre esas páginas,más que la vida, que también, aletean las potencias del alma en su completa extensión, puestas en juego al albur de los personajes -incluido el lector-cocreador-; esto es, la voluntad de quien ama, la razón de quien necesita mantener las formas, sin enmendar las querencias; y la memoria de quien, sabiéndose defraudada es capaz de sublimar su miseria, su aniquilación y la del propio destino, que parece recrearse, regodearse en convertirla en la más miserable escoria vital. Gracias, mi queridísimo amigo Francisco, por tan extremado enaltecimiento. Colaboras a humanizarme, a substanciarme y saberme ya un poco de memoria tras mis huellas en la tierra.

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    1. Querido amigo, nada me obligaba a escribir lo dicho y puedo asegurarte que no ha existido en mí afán de encomio alguno que no esté fundado en la mayor sinceridad de lo que sólo es mérito del propio cuaderno y el escribano que de tanto ha llenado sus breves páginas.
      Gracias a ti por ello y por regalarnos a tu lectores tu exquisito respeto por el buen hacer con las letras y las más humanas y esperanzadas emociones.
      Un fuerte abrazo con mi afecto, respeto y admiración.

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