Mirada metafórica. "Mirando el suelo que se pisa". |
Nada desvela más que no desvelar a tiempo los aparentes misterios cotidianos.
Esas oscuras presencias que asaltan, como sombras fantasmales, entre la niebla de las tinieblas de la incomprensión, mordiendo el alma a traición y haciendo más frágil el viejo suelo bajo los pies.
Aparentes sorpresas que, en el fondo del subconsciente, solo resultan inesperadas en cuanto al momento en que emergen y se hacen tangibles. Porque "se esperan" —a pesar de la resistencia a admitirlo—, se presienten, se temen... Aunque busquemos el refugio de la voluntaria inconsciencia; sumergidos en la elegida ceguera del que no quiere ver y prefiere engañarse, aferrado a creer en lo mejor de las negadas y reiteradas mentiras e incoherencias ajenas.
Infantil y tiernamente inmersos en el aforismo de que «mientras dura, vida y dulzura». Con esa estéril e inútil vocación de eternidad de la que sólo goza la ineludible muerte.
Porque, cuando la mirada encandilada se concentra en el cielo, se pierde de vista el suelo...
Aceptarlo y mirar donde se pisa, resta encanto y misterio a la vida, pero no a los sueños. Aunque la vida pueda quitar el sueño cuando se desvela.
FRM [02/04/2018]
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