deshojados de sensaciones casi olvidadas,
acariciando el oro otoñal de un agradecido presente fugaz.
En contraste con el marco del verdor renovado
que pone fondo de nostalgia, vida y esperanza,
entre sombras de temores y temblores
que habitan agazapados en el pasado
con desalmadas garras inclementes y afiladas.
FRM [07/12/2016]
Foto propia, con la mirada en el cerro |
ResponderEliminarEsa palabra tuya, ese verso amigo Francisco, es como si se posase suavemente en la punta misma del silencio.
Me agradó mucho. Abrazos.
Teo.
Tu comentario es pura poesía, amigo Teo. Me ha encantado esa metáfora que me regalas. Gran abrazo.
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