Un divertido momento profesional compartido en enero de 1978 |
A lo largo de la andadura de mi existencia he tenido la fortuna de conocer y trabar estrecha amistad con grandes personajes muy queridos que me han hecho sentir que yo también podía ser grande, algo muy infrecuente en una sociedad de cultura envidiosa y cainita.
Lamentablemente, muchos han dejado de caminar a mi lado por estos terrenales senderos y han tomado el que conduce directamente al cielo. Al pensar en algunos de ellos, no he podido dejar de rememorar a mi entrañable, recordado y llorado amigo y maestro Félix Rodríguez de la Fuente. Me honró con su demostrado afecto y amistad y con él tuve el privilegio de disfrutar mucho trabajando y compartiendo comidas y cenas con prolongadas sobremesas de gratas y enriquecedoras tertulias.
Porque Félix, como otros buenos amigos anónimos, era una de esas personas que tenían su propia grandeza haciendo destacar la ajena, con cariño constante y sin citar jamás las limitaciones e inevitables errores de los que ningún humano se libra y, cuya reiterada mención, sólo es un obstáculo y un lastre para el desarrollo de quienes queremos de verdad.
Félix nos dejó absurda y prematuramente el 15 de marzo de 1980, al día siguiente de cumplir sólo 52 años. Y a la mitad del último proyecto profesional que compartimos y que tuve que finalizar triste y solo en homenaje a su memoria entrañable.
Querido amigo Félix Rodríguez de la Fuente, te envío mi cariño allí donde te encuentres, sin duda narrando tus muchas anécdotas y compartiendo tus extensos conocimientos con miles de ángeles hipnotizados por tu pedagógica, personal e incomparable capacidad de comunicación improvisada que no necesitaba nunca de guiones escritos previamente.
FRM [04/01/2014]
Para mí es todo un ídolo de la infancia, al igual que Jacques Cousteau, no me perdía ni uno de los capítulos de "El Hombre y la Tierra", de hecho recuerdo con cariño que le pedí a mi madre que me comprara una libreta como la del amigo Félix, para dibujar y garabatear animales, tal como hacia él. Con él y su trabajo muchos españolitos en edad infantil aprendimos a conocer, apreciar y amar a los animales, él forma parte ya de la vida de toda una generación, y aunque no tuve la la suerte de conocerle en persona -cosa que me hubiera encantado- de alguna manera es como si lo hubiese conocido de toda la vida, sentí mucho su prematura despedida, sin duda fue un gran hombre.
ResponderEliminarSus famosos "cuiadernos de campo"... Eran una joya. Un gran hombre, sin duda que nos dejó antes de tiempo, Sergi.
EliminarGrande el amigo Félix!!!me alegro un montón de vuestra estrecha relación de amistad, gracias a la cual he conocido un poco más de él por las anécdotas que con cariño me has contado, y espero tener la oportunidad de seguir escuchando.
ResponderEliminarEso dalo por hecho. Son muchas las anécdotas y más las ganas de verte y compartirlas. Besos.
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