Foto propia. Atardecer en Suances. |
El oleaje de los recuerdos
fluye sereno o azota feroz
las costas del devenir,
produciendo espumas
delicadas como puntillas
o estridentes como desgarros.
Mientras, el horizonte me mira,
ajeno a la húmeda orilla,
hollada por los silencios
y mareas de destinos inciertos
que dibujan una nueva sonrisa
cuando recojo y limpio el aliento caído en la arena.
FRM [04/02/2017]
Qué bella y delicada sensación producida ante un paisaje fotográfico del siempre inquietante mar Cantábrico; y qué bellos versos acompañan este sentimiento que la mar, en su atardecer, despertó al poeta y despierta ahora al lector. UN regalo para la vista y un don sereno para el alma, Francisco. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarUn fuerte y dominguero abrazo.
Teo
Muchas gracias a ti por tu fidelidad lectora y tus sensibles comentarios, amigo Teo.
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