Invisible
Intangible
Inasequible.
Etérea, imposible
Evanescente
Distante
Inclemente.
Esquiva y absorbente
Besos al aire
Voz presente,
caricias ausentes.
En el alma es hiedra
que no crece ni medra,
hoja caduca en rama tierna
que el otoño torna yerma.
Ella, silencio demente.
Tú, demencia silente.
Si la amas, tiembla...
es la mujer de niebla.
FRM [02/11/2014]
Fotomontaje propio |
Jo Fran...me has puesto la piel de
ResponderEliminargallina,qué belleza de poema.
Me hace muy feliz que te haya gustado tanto. Gracias, Fátima.
EliminarFemme fatale... eterna en su misterio.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
En su misterio y en su encanto. Gracias por traer aquí una parte del tuyo, Magda. Gran abrazo para ti, maestra.
EliminarPrecioso
ResponderEliminarGracias, desconocido visitante.
EliminarEl poeta y catedrático Don Javier del Prado Biezma me ha honrado en otro medio, añadiendo a mis versos esta estrofa:
ResponderEliminarSe agita y tiembla
Igual que la palmera
Presa en la niebla.
A lo que añado agradecido:
EliminarInaprensible en la espera.
hermosa poesía, no se me ocurre palabra que lo exprese mejor. Quizá porque soy muy malo con el dominio de los adjetivos algo que desde luego no puede decirse de ti.
ResponderEliminarLo más grande suele hallarse en la mayor simplicidad cuando la expresión es sincera. Como me consta que lo es la tuya, solo te diré las palabras que mejor lo expresan: Gracias, amigo.
EliminarTe sales, Francisco.... Déjame expresarlo así. Sencillamente, hermoso el poema. Y la fotografía.
ResponderEliminarUn abrazo.
La brevedad de tu expresión está llena de una espontánea intensidad que agradezco más que un largo párrafo. Abrazos, amigo.
EliminarHermoso poema, todo lo inalcanzable se idealiza.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Reme.
Cierto, sucede con frecuencia... Gracias, Reme. Un beso.
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