El Rincón del Nómada

El Rincón del Nómada
La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)

miércoles, 12 de febrero de 2020

Detuve el tiempo

Detuve mi tiempo.
Y lo dejé reposando a un lado de tu cama.

Despacito.
Para que despertaras en él.
Para que te sumergieras entre la espuma de sus olas,
agitadas por las agujas de Cronos.
Y volases desde su centro
batiendo tus alas de ángel de caricias.

Tú lo bordabas cada día para mí en algodones y en mañanas.
Entrelazando, en segundos robados,
fuegos, humedades, esperanzas y palabras.

Tú le diste sabor a días, a noches, a ventanas.
Y mi tiempo se volvió claro, transparente,
espejo que brillaba en tu mirada.

Y salimos escondidos, de puntillas,
en silencio y descalzos a respirarlo con ansia.
A impregnarnos de su aroma a jazmines de alma blanca.
Soñamos los dos, siendo uno,
en la herencia de los nuevos tiempos
que nos brindaba.

En las campanas con las que llamaba a nuestros deseos.
En las lágrimas que, en su caminar nos salpicaba,
entre subidas y bajadas.

Todo se volvió nuevo.
Cielo.
Magia.
Carne.
Alma...

Lo impensable se nos regalaba. En mi tiempo que yo congelaba.
Todo lo tornó en amor que nos estrenaba en él.
Tal día como hoy de otro lejano ayer.

FRM [12/02/2020]

Foto de Pablo Basagoiti

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