Las cosas se complican en las ocasiones en que el propio mensaje es susceptible de ser entendido de diferentes formas, dependiendo de muchas variables incontroladas y, con frecuencia, incontrolables. Y, por supuesto, no hay que olvidar la influencia del medio (recordemos a McLuhan).
Tal es el caso paradigmático del uso frecuente de la expresión: "Te quiero".
Porque existen tantos grados, valores y matices en el uso del verbo querer, como personas, animales u objetos son queridos, así como según los contextos, momentos, hábitos y motivaciones en y por los que se conjuga. Y, por si fuera poco, unas veces se usa cargado de sentimientos de cariño y otras connotando una acepción de deseo de posesión. Lo que con frecuencia camina unido... por desgracia.
FRM [11/04/2016]
(Foto de archivo) |
Deseo de algo concreto o de querer hacer algo también... En el amor es un verbo complicado, es saber conjugarlo bien, ponerlo en práctica con lealtad y sinceridad. Importante en todo caso. Tu escrito, aclaratorio, es sencillamente magnífico, apreciado, Francisco.
ResponderEliminarCreo que tienes toda la razón, amigo Teo. Así como agradezco tus calificativos. Abrazos.
EliminarEntre el querer y el desear hay un fino hilo que ata, es cierto que querer a una persona no debería estar ligado a el verbo "poseer", a veces se diluyen los significados cuando ponemos demasiado corazón en algo y no guarda equilibrio nuestra pasión con la que despertamos.
ResponderEliminarTu texto es esclarecedor, yo creo que lo he complicado.
Un gusto leerte.
Reme.
No lo has complicado en absoluto, Reme. Has señalado con énfasis uno de las aspectos que subyacen en el conjunto de complejas emociones que componen el sentimiento de "querer".
EliminarGracias por visitar este rincón, leerme y dejar tu huella. Besos.