y felices aguas limpias
brindamos con vino, cerveza y besos
a la salud del amor pleno.
No hay sombras,
no hay miedos,
no hay negros castigos,
sólo brillan diáfanas
la confianza segura y generosa,
la alegre paz de la reciprocidad
y la verdad conocida,
desenmascarada,
de un pasado hundido
en los lodos y lamentos
anclados en su propia memoria
que cosecha y recibe,
por vez primera,
lo único que sabe dar
desde su vocación egoísta
de utilizar a los demás.
Ese es el único pecio
quemado y olvidado,
aunque decore con su arte
un páramo abandonado.
FRM [14/04/2019]
Foto propia. Páramo de la Lora, Montaña Palentina |
Siempre interesante ver a través de tus ojos...
ResponderEliminarUn saludo.
Reme.
Rigor poético de sonoros versos, querido amigo, belleza de imagen que los suscita y propaga.
ResponderEliminarNos alimentas de palabras y de singulares fotos, todo ello en exquisito regalo. Muchas gracias.
Teo.
El mejor regalo para mí son palabras como las tuyas. Gracias muy sinceras, querido amigo Teo.
Eliminar