del deseo que se cuece a fuego lento.
Fragancia de sugerentes promesas
que impregnan el tiempo abierto,
como sutil paréntesis ante nuestro encuentro.
No sé si te sueño o te pienso,
pero me invade y excita lo que siento
cuando presiento tu húmedo aliento
suspendido en mi boca,
llenando esos eternos momentos
que dan placer al cuerpo
y para el alma son el mejor alimento.
FRM [31/07/2016]
(Imagen de archivo) |
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