Foto propia, paseando en calma |
He paseado por mi interior
y recorrido en paz sus calles y campos.
Horizontes infinitos desplegados
con caminos despejados y abiertos.
Oscuros callejones y escondidos rincones
con aroma a sexo de pasados revolcones,
en tardes, madrugadas, y mil y una noches.
Grandes construcciones y fachadas desconchadas,
donde miran ventanas luminosas y otras apagadas.
Tierras yermas, antes cultivadas,
en otro tiempo fértiles y surcadas,
algunas resecas, maltratadas por mal aradas,
almacenando todas las piedras tropezadas.
Parcelas de vidas pasadas, hendidas por mil pisadas
con sombras de añoradas y fragantes esencias
ciegamente inseminadas, cientos de veces cosechadas.
Pasiones, traiciones, indiferencias, olvidos, amores y rencores...
frutos dulces y amargos en un camino largo.
Húmedas flores polinizadas entre piernas generosas
y blancas colinas con pezones, como acogedores almohadones.
Huellas que cubren huellas, se secan, suman y acumulan,
se añaden y perpetúan fosilizadas, nunca borradas.
Líneas indelebles en el mapa desplegado
de los territorios transitados y revisitados...
Sí, he viajado a mi interior en paz, tranquilo y feliz,
con nueva visión serena, lúcida y sosegada...
he paseado en calma.
FRM [26/02/2015]
Y te has salido, amigo...¡Menudo poema!
ResponderEliminarMás bien me he "metido"... Gracias, Fátima.
EliminarUn paso sin duda necesario, que resulta serenamente hermoso. Un abrazo, amigo Francisco.
ResponderEliminarUn recorrido periódico muy saludable que me gusta disfrutar de vez en cuando. Gracias y abrazos, Teo.
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