ser feliz en el celeste azul
y, pactando con el viento,
hice un muñeco de nubes.
No me preguntes cómo,
sólo hazlo cierto.
Tú también puedes.
FRM [19/11/2013]
Foto propia, desde mi ventana |
El silencio del peregrino solitario es la mejor compañía para la ruta del aprendizaje, la observación, la reflexión y el desarrollo de la creatividad. En este rincón del nómada se irán depositando pensamientos, reflexiones, relatos, poemas, fotografías, dibujos, pinturas... y cualquier otra forma de expresión creativa de su autor que, con esta iniciativa, dejan de ser un acto íntimo y privado para convertirse en público y amistosamente compartido.
Foto propia, desde mi ventana |
Si decides hacer un muñeco con mi nube, por favor, que sea un monigote con gafas. Me encanta esa fotografía. Jugar con las nubes es siempre reconfortante.
ResponderEliminarReconfortante y mucho menos conflictivo que hacerlo con las personas... o con algunas al menos, Ángeles. Gracias y no tengas duda de que el próximo muñeco será con gafitas.
EliminarMe gusta mucho Fran, ése es tu espíritu, siempre dispuesto y animando a la disposición.
ResponderEliminarEso intento sinceramente, Fátima.
EliminarJoer... está bonito de verdad.
ResponderEliminarEs como un colosal Michelín algodonoso, ¿verdad?
EliminarHay mucho de mágico y poético en esa recomendación con que se cierra el pequeño poema, Francisco. Soñar es lo que nos impulsa a vivir, a seguir propiciando la esencial inocencia que llevamos dentro, al niño que nunca muere. Gracias, es hermosos lo que nos cuentas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy tan de acuerdo contigo, Teo, que en ocasiones pienso (o siento) que vivo más y mejor en los sueños —oníricos o de vigilia— que en la limitada vida "real" de la percepción sensorial y sus leyes humanas.
EliminarComo siempre, gracias a ti y un fuerte abrazo.