(Foto de archivo) |
No pude evitar seguirla. La visión de su contoneante bamboleo me fascinaba hipnóticamente.
Callejeamos sin parar, manzana tras manzana, movido incansablemente por el incontenible impulso instintivo más primario y salvaje que nunca había imaginado que podía llegar a sentir.
Aquel movimiento rítmico, aquel balanceo, me obsesionaba. No podía dejar de imaginar las formas sugeridas bajo el envoltorio que las ocultaba. Mi estómago estaba contraído y sentía espasmos de un deseo feroz... Tenía que hacer grandes esfuerzos para contenerme y no abalanzarme sobre ella, mientras mi boca no cesaba de salivar.
Después de tres días sin probar bocado, el hambre atenazaba dolorosamente mis vísceras y la visión de aquella enorme bolsa, anunciando comida, era un imán irresistible para mis vacías entrañas...
FRM [noviembre 2013]
Excelente relato con sorprendente final. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias, querido amigo. Me alegra mucho que te haya gustado. Abrazos.
EliminarExtraordinario relato breve; sugerente y sugestivo, con ese ingenio que tienen, como denominador común, todos tus relatos, y en el que se cumple aquello de:
ResponderEliminarMenos es más... Felicidades Francisco R. Mayoral.
Ángeles, me produce una gran alegría que pueda gustar cualquier cosa que yo haga, pero que alguien que escribe como tú, alabe un texto mío, tiene un valor añadido que supera con mucho a la mera satisfacción. Todo mi agradecimiento por seguir lo que guardo en este rincón y, sobre todo, por leerlo y comentarlo con palabras tan gratificantes.
EliminarChapeau maestro. A mi me pasa algo parecido. El mejor polvo de mi vida, ha sido el Cola Cao.
ResponderEliminar¡Jajajajaja...! Brillante comentario, amigo Cris. Muchas gracias y felicidades porque ese tipo de satisfacción puede prolongarse hasta edades muy provectas. Gracias por la idea. Abrazos.
EliminarPodría decirte perfectamente lo que te comentaba hace un minuto en el otro escrito, Francisco, el de "La Huida", que está genial. NO, no me importaría repetirme, pues vuelves a sorprender en este "Deseo primario" con tu sentida inspiración, con tu fluido estilo que destaca por su ligereza, por su hondura y brillantez.
ResponderEliminarGracias de nuevo.
Y, tal y como en "La huida" te he respondido, soy yo el agradecido porque valoro mucho tu opinión. Abrazos, amigo.
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