El Rincón del Nómada

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La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)

lunes, 12 de enero de 2015

Ruleta rusa

(Imagen de archivo)

Siempre he sentido una peculiar mezcla de sentimientos frente al juego suicida denominado "ruleta rusa". No es mi objetivo entrar en un análisis profundo, para el que seguramente no estoy capacitado, acerca de las complejas circunstancias y motivaciones que conducen a un individuo, supuestamente racional, a tal práctica u otras equivalentes. Sin embargo, no puedo ignorar la componente de insuperable estupefacción que me produce la incuestionable autoagresión que entraña y que se puede encontrar en comportamientos humanos formalmente menos dramáticos, aunque no sé si menos arriesgados.

Porque estupefacción colosal me producen las actitudes que, fundadas en el orgullo, aderezado con toxinas de soberbia inoculadas por el ego más absurdo, conducen irremisiblemente a sufrir la pérdida irresoluble de lo que en teoría se deseaba tener, en un consciente y pertinaz suicidio emocional.

Mi sabia madre solía decir ante este tipo de comportamientos: "Pues, para que se fastidie el sargento, no me como el rancho". Y muy cierto es este aforismo, puesto que el más fastidiado siempre es el que se queda sin comer, al margen de lo que "el sargento" sienta por ello.

Decir que tal forma de actuar me sorprende, sería inapropiado, habida cuenta de la enorme cantidad de veces en que he sido testigo de ella e, incluso, cometido el mismo error en el pasado hasta que comprendí que esa actitud sólo conduce a perder. Es un camino enfermizo que lleva indefectible y directamente a la infelicidad y la desdicha de quien lo escoge y de quien puede verse afectado subsidiariamente.

No obstante, como he mencionado al inicio, si ya no hay sorpresa, siempre lo observo con tristeza y estupefacción irreprimibles, especialmente si tales acciones proceden de personas que son presumiblemente conscientes del motivo de su postura y de las consecuencias que comporta.

Al fin y al cabo, el jugador de la "ruleta rusa", sólo puede suicidarse una vez... Depende del azar. Pero aquellos que practican el otro peligroso "juego" al que me he referido, se suicidan emocionalmente poco a poco y de forma segura. Por eso mi expresada duda sobre cuál de los dos es más arriesgado.

Hay cosas con las que no se juega.

FRM [12/01/2015]

6 comentarios:

  1. Lo de la ruleta rusa, nunca lo he entendido, creo que es aún peor que intentar suicidarse sin más, porque suma la adrenalina del juego, por decirlo así, algo más enfermizo, como lo es también la actitud de no dar el brazo a torcer aunque el que salga perdiendo sea justamente él. No conocía ese aforismo. Muy buen escrito. Besos

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    1. Creo que es uno de los más terribles exponentes de la locura y degradación a la que puede llegar un ser humano... Nunca podré olvidar las secuencias de la película "El cazador" que muestran la barbarie de ese mal llamado "juego". Gracias por tu comentario, Karyn. Besos.

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  2. Es muy lógico todo lo que dices al respecto y también tu sentir y tu experiencia, como tan generosamente nos cuentas.
    Yo parto de que quien juega así con su vida, casi con morbosidad, posiblemente toda esa agresión que lleva hacia él mismo, debe en algunos casos ser la misma emoción violenta que alguien que lo hace con el otro, contra el otro. Pero de estos últimos comportamientos nos enteramos por los medios y pasa como un crimen que se ejerce desde otra postura, pero para mí, es lo mismo. Esa violenta acción de jugar con la vida de uno mismo a lo mejor es una "defensa" del que tenemos enfrente, al lado, o en el medio de un corazón con rencor hacia un tercero.
    No hablo del suicidio en general, hablo de este juego macabro que primero sufre la tortura del azar.
    Muy interesante también lo que dice tu madre, muy sabio.
    Saludos.

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    1. Sinceramente, Norma, carezco de la formación adecuada para hacer un diagnóstico preciso de las causas que pueden llevar a alguien a tales prácticas, en el límite de la autoagresión. Y es muy posible que sean de diversos orígenes y por diferentes motivaciones, más o menos perversas. Lo único que es evidente es que ahí está ese "juego" cruel tanto como otras prácticas equivalentes que hacen del castigo a uno mismo el pretendido castigo a otro.
      Por desgracia, la sabiduría de mi madre está en lo que decía y recuerdo de cuando aún la tenía a mi lado.
      Gracias por tu visita y cordiales saludos.

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  3. Hola Francisco, volvemos a un tema con un componete psicológico muy importante... hablo de la adicción a la emoción extrema. Este fenómeno se da con frecuencia en personas con el Síndrome Bipolar, cuya vida para que ellos la consideren vida, ha de estar sustentada en una fuerte subida y posterior bajada de adrenalina, o de otro componente químico que me produzca ese insano placer.
    Es cierto que se juegan la vida en la ruleta rusa, pero su principal atractivo para ellos, el motivo de que practiquen este juego, o que hagan otros similares, es la embriagante, estimulante y adictiva pasión que corre por sus venas como fuego, en el momento previo ha apretar el gatillo... Ese es el "sumum" de su existencia, se convierte en el porque de su vivir. Luego el vivir o morir es un precio que saben que deben pagar por tal satisfacción emocional.
    Luego de jugar a la ruleta rusa, suelen tener un tiempo de aparente tranquilidad y paz miemtras les dura el efecto del "sunidon", que va diluyendose poco a poco, para luego cual adicto a la morfina, volver a caer en el juego de la "ruleta ruda", juego que llegan a odiar tanto como lo llegan ha amar.

    Lo mismo sucede con los cleptomanos, que roban sin motivo solo por la emoción de sentir que eluden a la policía, y por el cosquilleo en el estómago que les produce saber que pueden ser detenidos y llevados a la cárcel. Ese deseo de emociones fuertes donde ponen en riesgo su integridad física y su propia vida -luego de vivir el pasaje de excitación irravional-, es el móvil que hace actuar así a este tipo de personas... Al menos esa es mi visión.

    Un abrazo fuerte Francisco, eres un buen amigo y compañero de letras, con cariño;
    Alfredo Daniel Lopez

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    1. Alfredo, observo que eres un buen conocedor de los límites a los que pueden llevar los trastornos extremos de personalidad. Sólo deseo que sea desde la posición de curiosidad intelectual y no como víctima de alguien cercano y sometido a ese tipo de circunstancias tan tóxicas. Gracias por tus palabras y un fuerte abrazo, compañero de camino.

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