El Rincón del Nómada

El Rincón del Nómada
La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)

domingo, 27 de diciembre de 2015

Tu cuerpo

Tu cuerpo es como un vergel frondoso
de naturaleza salvaje que descubro celoso.

Tu dulce voz me acaricia como el rumor
de un torrente que trae envolvente amor...

Y, en lo más íntimo de ti, intuyo el color
que estalla en las flores con roja pasión.

Eres como el prado verde y húmedo que anhelo
en el que el cuerpo descansa del largo vuelo.

FRM [24/12/2015]

Rino Stefano Tagliafierro, "Beauty"

Amor nocturno

Mi versión de "La terraza del café de la Place du Forum" de Van Gogh (1998)


Cuánto amor vagabundo
se encuentra en los vuelos nocturnos.
Porque en la noche suena una melodía
que al amanecer se apaga,
cuando se enciende el nuevo día.

Deja que en la oscuridad hable el silencio
de caricias y besos que, estando ciegos,
se superan en un tacto más intenso.
Deja que te arrope entre aromas de incienso,
con fragancias de lo imposible.

Deja que mis brazos te envuelvan
con osada pasión incontenible.
Vuela conmigo esta noche,
antes de que se encienda la luz
y se apague lo inaudible.

FRM [26/12/2015]

sábado, 26 de diciembre de 2015

Y volé como Nureyev

Fotomontaje propio

BAILÉ COMO RUDOLF NUREYEV, SUPERÉ LA PRUEBA Y TUVE UN DÍA HÚMEDO...
¿SE PUEDE PEDIR MÁS?

Desde hace muchos años, he sostenido muy sinceramente dos principios existenciales y complementarios: No se pueden evitar las circunstancias externas, ajenas a la propia voluntad, pero siempre se puede controlar la actitud frente a ellas. Y, cuando la botella de los motivos de felicidad está por la mitad de su contenido, siempre hay que celebrar la media que existe, sin lamentar la media que falta.

No hace mucho que el destino, juguetón él, me ha querido poner a prueba. Durilla, pero bien elegida, doy fe.

Un poco antes de las cuatro de la tarde, en el reposo que sigue a la sobremesa, se oyó un golpe estruendoso en mi casa, seguido del inconfundible sonido del agua cuando cae a cántaros desde una altura considerable. El documental de la 2 que estaba viendo se quedó esperándome cuando salté como impulsado por un resorte y francamente alarmado por lo que estaba oyendo.

Al llegar al vestíbulo me quedé paralizado. La trampilla del falso techo que oculta el calentador del agua y su instalación estaba parcialmente desprendida. Parte del techo contiguo se había desplomado y el resto presentaba grietas y fisuras de varias proporciones y el agua caía torrencialmente por todos los huecos, abriendo otros nuevos a su paso incontenible.

Durante unos instantes me quedé paralizado, entre desconcertado y aterrado, porque el agua ya cubría el suelo del vestíbulo y la cocina contigua, comenzando a invadir parte del comedor y el pasillo que conduce a las habitaciones. Mi primer pensamiento fue elevar y apartar las cajas de embalaje que aún me rodean, con libros y documentos, recordando otra inundación del pasado en la que perdí documentos y volúmenes irrecuperables e irremplazables.

Hecho esto, cubrí con toallas de baño y un albornoz los huecos de las puertas colindantes, mientras veía impotente como el agua se filtraba por debajo de la puerta exterior invadiendo descansillo y escalera... Todo ello, calándome bajo la ducha helada que no tardó en empapar por completo mi ropa y calzado.

Rápidamente el agua había alcanzado más de dos dedos de nivel y aquello no se detenía. Una vecina acudió alarmada para decirme que el agua estaba llegando al garaje, cuatro plantas más abajo. Respiré hondo, tratando de recordar dónde estaba la llave de paso general y, con la cabeza embotada, la localicé en un armario del descansillo. Cerré la palanca en plan "misión imposible", pero el agua siguió cayendo hasta que se vaciaron las tuberías...

No caminaba, chapoteaba. En ese momento, había más de tres dedos embalsados. Respiré hondo y armándome de mocho, comencé a intentar recoger la riada... Vano intento. Solté la inútil herramienta y, armándome de un cazo, conseguí llenar hasta ocho cubos del agua que iba recogiendo del suelo de la cocina donde más se había acumulado y embalsado gracias a la eficacia de las represas de toallas empapadas.

Cuando ya empezaba a no poder usar el cazo por el descenso de nivel, comenzó a caer agua de nuevo ante mi sorpresa. Corrí al descansillo para comprobar que la llave de paso seguí cerrada, como así era. Antes de buscar explicación, tomé mi olla exprés y la coloqué bajo el chorro que, por su temperatura me contó que esta vez procedía del interior del calentador. Tal vez porque había detenido con pausa el lavavajillas que había puesto a trabajar antes de sentarme a comer. Pero tampoco era cuestión de ponerse a hacer excesivos análisis.

A partir de ese momento, mi tiempo se repartió entre recoger agua del suelo de la cocina e ir vaciando la olla a presión para volver a poner bajo los 80 litros adicionales que deseaban visitarme por cauces inadecuados e imprevistos.

Por si faltaba algo, en una de las idas y venidas, resbalé en el suelo empapado abriéndome de piernas en plan Rudolf Nureyev, con lo que mis entretelas se resintieron hasta lo más íntimo. Afortunadamente pude aferrarme a la encimera de la vitrocerámica y evitarme lo peor.

Entremedias, llamadas telefónicas al seguro, al representante de la empresa propietaria de la vivienda, con el SOS que no cuesta nada imaginar...

Por fin, conseguí terminar de recoger el agua... Creo que es la vez que más limpio ha estado el suelo de la cocina. Justo a tiempo de que llegase un fontanero salvador...

Diagnóstico de avería, parte de guerra, y mañana, espero que más pronto que tarde, volverán con las piezas para reparar el problema interno, así como el techo hundido que después habrá que pintar y etc.. Bien está lo que bien acaba. Y sin perder la calma, al menos exteriormente.

Ejemplo de algo que no he podido evitar, pero sí he podido enfrentar y sentirme satisfecho de haber resuelto inicialmente con la actitud adecuada.

La "media botella llena" que me ha confortado es la reflexión de que, afortunadamente, este incidente ha ocurrido estando yo en mi casa y no durante una de mis frecuentes y prolongadas ausencias. ¡Menos mal!
Prueba superada.

Ahora sólo me queda averiguar quien fue el o la profeta erótico que ayer me deseó un buen día "húmedo"...

FRM [17/12/2013]

Corazón desafinado

Corazón desafinado
que palpita arrítmico
y sincopado
por tu amor olvidado.

Instrumento de pasión
entre el polvo arrinconado,
con partituras oxidadas
que el tiempo ha borrado.

Qué triste es el ruido
de las notas sonando rotas
en lo que sólo ha sido y es
un corazón desafinado...

FRM [28/05/2015]

(Foto de archivo)

Vuelo de noche

Foto propia, paseando bajo mi ventana

Vuelo, luego existo.
Lo hago de noche para no ser visto.
Porque sólo quiero ser
lo que puedo y quiero ver.

FRM [28/09/2015]

viernes, 25 de diciembre de 2015

Dueña navideña

Mi vieja amiga. Foto propia, paseando bajo mi ventana.

La luz de luna es mi dueña,
y me apresa en mi torpe teclado,
queriendo estar a tu lado,
cuando de día te sueña.

Te busco en la oscuridad,
esperando una caricia pequeña
que no sea por caridad,
sino del amor del que das seña.

FRM [25/12/2015]

martes, 8 de diciembre de 2015

Piel

¿Quién no ha vivido ese momento mágico, y casi eucarístico, en el que la piel del fuet se transmuta en un elemento perfectamente comestible?

FRM [22/08/2015]


(Foto de archivo)

lunes, 7 de diciembre de 2015

Jano

(Busto romano del dios Jano)

Jano es el dios romano bifronte de las puertas, de los comienzos y los finales; constituye un excelente símbolo para venerar en la noche de transición en la que se recibe el mes que lleva su nombre: Ianuarius, Janeiro, January, Janvier, Gennaio, Gener... Enero.

Sus dos rostros miran hacia el pasado y al futuro, respectivamente. Todo un símbolo para quienes valoramos las representaciones de los mitos; para aquellos que respetamos y nos apasionamos con su significado arquetípico albergado latente en el inconsciente colectivo.

Jano pone de manifiesto la importancia de no ignorar el pasado para afrontar el futuro. El momento presente es siempre y sólo un umbral de tránsito entre dos estados. Un instante que cumple la función de rito de paso. Una oportunidad de avance, evolución, crecimiento y mejora.

Esa puerta puede resultar angosta en muchas ocasiones. Puede que admita sólo el paso de una persona. No importa. Hay que cruzarla en soledad y feliz de dejar atrás lo indeseable para caminar hacia territorios más fértiles y gratificantes, portando únicamente todo lo aprendido... solos y libres de lastres.

Desde el primer instante, las cero horas del 1 de enero, comienzo del mes de Jano, hagamos un nuevo camino al andar. A partir de hoy disponemos de casi un mes para la preparación.

Preparemos ya el peregrino equipaje, soltando lastre y peso innecesario. Eliminemos con decisión cuanto pretenda o pueda frenarnos de manera inmisericorde, pesados fragmentos arrastrados de nuestra esencia y existencia.

Emprendamos con alegría, experiencia e ilusión renovada una nueva etapa vital.


Nos vemos al otro lado de la puerta.

FRM [07/12/2015]

Ven

Ven...
toma mi mano invisible
y vuela hacia lo sensible.

Ven...
Sueña y vive tu mundo onírico,
porque se vive más que en lo físico.

Ven...
Descubre que la realidad
sólo es lo que quieres de verdad.

Ven...
Suelta el lastre del miedo
y vuela entre nubes lejos del hielo.

Ven...
Deja de hacer preguntas
y tendrás todas las respuestas.

Ven...
Siéntete, siéntelo
todo en ti está y allí soy yo.

FRM [06/12/2015]

(Foto de archivo)