El Rincón del Nómada

El Rincón del Nómada
La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)

domingo, 31 de julio de 2016

Esperando

Exquisito es ese aroma especial
del deseo que se cuece a fuego lento.
Fragancia de sugerentes promesas
que impregnan el tiempo abierto,
como sutil paréntesis ante nuestro encuentro.
No sé si te sueño o te pienso,
pero me invade y excita lo que siento
cuando presiento tu húmedo aliento
suspendido en mi boca,
llenando esos eternos momentos
que dan placer al cuerpo
y para el alma son el mejor alimento.

FRM [31/07/2016]

(Imagen de archivo)

lunes, 18 de julio de 2016

Nido vacío

Pajarillo errante que deseas y eliges volar libre, si decides abandonar un viejo nido imperfecto porque sientes que no es el tuyo u otro nuevo y mejor te espera; si ya depositaste en aquél el calor de tu último deseo... no regreses a su abrigo una y otra vez en frívolo aleteo. Sé libre pero responsable y respeta la añoranza de su vacío distante porque, si no, siempre estará esperando, doliente en la esperanza renovada, a que vuelvas a depositar e incubes en él tus añorados huevos. Sé leal con el amor, toma conciencia y no permitas que tu egoísmo inconsciente avive el dolor ajeno.

FRM [23/06/2016]

(Las palabras destacadas en negrita contienen enlaces a otras entradas de posible interés para el lector por su relación con el tema al que se refieren)

(Foro de archivo)

sábado, 16 de julio de 2016

Milagros

Los milagros nos rodean constantemente, aunque pocas veces se perciben por no saber enfocar correctamente la mirada del alma.

Los milagros se presentan bajo la forma, inesperada e inexplicable, de regalos que nos otorga el absoluto. Suelen llegar cuando más se necesitan y producen honda y benefactora conmoción en la vida de quien sabe reconocerlos y aceptarlos generosamente... sin reservas ni prevenciones.

A veces, se presentan sin previo aviso, sorprendente o inesperadamente. En otras ocasiones, se incuban largo tiempo, como preparándonos para la llegada del mensajero que indefectiblemente acaba depositándolo en las manos y el espíritu de aquél a quien está destinado. Y hay situaciones en que se conjugan ambas cosas, si no es así siempre.

Cuando se tiene el privilegio de haber sido elegido para recibir un regalo de esta magnitud, la dificultad estriba en ser capaz de comprender su alcance y significado más profundo y obrar en consecuencia para cultivar y hacer crecer esa semilla milagrosa y única.

La sorpresa y el entusiasmo inicial ante la maravilla imprevista, prolonga y forma parte del hecho milagroso; hasta que, cumplida su función inicial, cede el protagonismo y el control de las decisiones al destinatario. Ese es el punto crítico de inflexión, en el que está en juego la lucidez necesaria para perpetuar la felicidad regalada en la felicidad trabajada en el presente cuántico que estuvo incubándola como un huevo alquímico.

Fiel al mito del eterno retorno, desde el dios ocioso al dios que se manifiesta, como se refleja en el símbolo del Ouroborus, se cumple un ciclo y comienza otro nuevo... profundamente diferente si se ha sabido integrar el regalo milagroso o sólo aparentemente distinto, en una reinterpretación del mismo lastrada por las humanas dependencias de inercias acumuladas. Discernir este matiz es el reto de la propia divinidad que contenemos.

Porque el universo nos regala el combustible que aporta la imprescindible energía al motor para su movimiento... y ya es muchísimo. Pero la dirección en la que orientamos nuestro vehículo es la elección que corresponde a nuestro libre albedrío.

No errar en esa elección es el mayor reto a nuestra sabiduría y una responsabilidad, tan grande como bella, que se debe comprender, valorar, asumir y agradecer. Es un inmenso privilegio disfrutar de esa excepcional e infrecuente oportunidad.

FRM [16/07/2016]

Ouroboros by Zarathustra (Imagen de archivo)

jueves, 14 de julio de 2016

Sigo caminando

Si llegar a ser sabio es aprender y comprender que siempre queda mucho más por saber, lo he conseguido, sincera y humildemente. Con la sincera y convencida humildad de haber transitado largos bucles de mi existencia acompañando o acompañado de maestros conscientes o inconscientes. En ese ya prolongado tránsito, lleno de permanente curiosidad y capacidad de observación, se encuentran pliegues de vida cuyas costuras albergan abundantes y ricos matices de experiencia y vivencias.

En mi memoria infantil se pierden los recuerdos de las preguntas que desasosegaban mi tierna alma de niño, al carecer de las respuestas que saciasen mi sed de comprender, de saber, de sentir... de ver lo invisible. Desde siempre, he formulado nuevas preguntas sobre las viejas respuestas y buscado nuevas respuestas para las viejas preguntas.

Poco a poco, con el correr de los años, me encontré o fui encontrado por guías que me condujeron por caminos de inalcanzable maestría al conocimiento de las doctrinas y filosofías más diversas y, en ocasiones, aparentemente contrapuestas...

Ortega y Gasset, Freud, Jung, Guénon, Steiner, Nietzsche, Hegel, Schopenhauer, Blavatski, Gurdjieff, Ouspensky, Chomsky, Sebottendorf, Lao Tsé ... Una miríada de nombres y textos, de pensamientos y pensadores plagaban el universo de mi ansia de conocimiento y llenaban mi búsqueda con una galaxia de descubrimientos, reflexiones y nuevas sensaciones. Su compañía en negro sobre blanco se complementaba con la carnal, tangible y audible de algunos más cercanos... Faber Kaiser, Malby, Trilha, Pi Rambla, Bayo...

Fueron años muy intensos. Mucho y muchos. Demasiada paja entre la que extraer los granos que mi nutrición precisaba. Y sobrevino lo previsible, el empacho con la consecuente necesidad del silencio y la distancia. Y el peregrino se convirtió en ermitaño con alma de nómada, siempre dispuesto a mover la tienda hacia algún oasis en el desierto... Siempre buscando. Siempre esperando, sin perder esa esperanza en la que no caben las expectativas, porque se desconoce de que materia están hechos los sueños, qué rostro tienen ni cómo se llaman.

Y así fue como sin caminar hacia el utópico horizonte, éste se fue acercando a mí, en los lentos pero inevitables pasos de cada ocaso que apagaba una luz para descansar y dar paso a otra nueva renovada y renovadora.

Fue hace unos cuatro años, cuando se iniciaron los acontecimientos que, durante un par de años más, produjeron las humedades y lágrimas necesarias para oxidar y desprender la armadura con la que inconscientemente me había revestido, quizá para proteger mi agotado espíritu insatisfecho e insomne.

Hoy estoy sincera y profundamente agradecido a quienes lo hicieron posible, por acción, omisión o agresión. Una dolorosa pero enriquecedora resurrección repleta de nuevas enseñanzas en el proceso iniciático del interminable aprendizaje que aleja de los conocimientos ajenos y conduce al conocimiento de uno mismo y su esencia.

A todos ellos, debo la impagable enseñanza de entender lo que se oculta en las contradicciones. De valorar y gozar la coherencia. De aprender a mirar bajo la máscara de las palabras prefabricadas para apreciar, o despreciar, el auténtico rostro que se oculta bajo ellas.

Ellos me enseñaron la falacia del lenguaje de los supuestos iniciados que defienden y aconsejan una cosa y actúan de la forma contraria. Ese engañoso discurso de la inercia perpetuada. Y lo terrible es que, muchas veces, lo hacen de forma inconsciente y convencidos de que no es así. Defienden un concepto abstracto y estereotipado del amor que debe comenzar por uno mismo y, a fe, que, en consecuencia, rinden el mayor y mejor tributo a su voraz ego, al que curiosamente denostan y anatemizan de manera reiterada. Hacen el favor de regalar consejos benefactores para intentar que se les agradezca su egoísmo insaciable.Su voraz narcisismo hipertrofiado y prepotente que devora afán de protagonismo.

Hoy, en la imprescindible pausa del solitario reposo del guerrero, he podido entender y comprender sobre lo evidente y lo subyacente. He aprendido a mirar y ver lo invisible o una buena parte de ello. He reafirmado el valor de la lealtad. He confirmado que lo que no se puede evitar, se puede y debe transmutar; que lo que otros interpretan y nos dicen tiene menos importancia que lo que somos, aunque no hay que ser ingenuo ante los golpes, por variados y variables que sean sus motivos; que amar es siempre dar; que lo importante es SER, más que tener, y que para SER hay que saber estar... presente o ausente, pero sin dejarse pisar la dignidad... Y, sobre todo, que hay que aumentar el propio calor interior y agradecer el que regalan los auténticos amigos, cuando arrecia el frío externo que producen las traiciones, mentiras o engaños y suposiciones de quienes estafan, aunque sea porque se engañan a sí mismos.

Hoy... sigo caminando, superando el frío y hollando el camino. Eso es lo que cuenta, mientras espero llegar a volar, flotando entre las hermosas nubes cambiantes... siempre que el cielo lo permita y yo conserve la energía.

FRM [14/07/2016]

Foto propia, caminando en el Espacio Natural de Covalagua, Revilla de Pomar

martes, 12 de julio de 2016

Amor y respeto

No puede haber amor sin respeto. Para poder amar hay que saber amarse. Luego para amarse hay que respetarse. Porque sólo desde el propio respeto daremos y seremos merecedores del ajeno.

Realmente si hay algo que merezca el esfuerzo que conlleva el reaprendizaje, es la recuperación integral del auto respeto que cada cual debe sentir por sí mismo. Para ello, es fundamental dejar de encontrar justificaciones a los propios comportamientos y hábitos de conducta del pasado que se hayan valorado por uno mismo como inapropiados y de los que hayamos podido avergonzarnos en alguna ocasión.

Nada es más respetable y digno de ser amado que la rectificación convencida; el cambio coherente y permanente, para alcanzar e instalarse en el amor auténtico y disfrutarlo mientras brota incontenible, plena y merecidamente, en continuo y permanente susurro.

FRM [08/06/2016]

Foto propia... brotando incontenible en Nuevo Baztán

lunes, 4 de julio de 2016

Razones y emociones

Cuando, a lo largo de los años, se han acumulado experiencias de todo tipo... o casi, se aprende que la intensidad de los deseos emocionales, sólo es comparable y directamente proporcional a la de los frenos racionales, conscientes o no, que se oponen a su satisfacción.

FRM [04/07/2015]

(Foto de archivo)

Respuestas sin preguntas

Un error muy frecuente es hacerse preguntas en lugar de perseguir y aceptar las respuestas...

Parece una contradicción, pero la propia vida va poniendo ante cada uno situaciones, a veces inesperadas, que son como respuestas a nuestros actos y actitudes no siempre conscientes. Es en ese momento, cuando solemos comenzar el análisis, hijo de las dudas, la inseguridad y los miedos que llevan a lastrar la acción requerida y evidenciada por esas "respuestas" vitales, envolviendo y dilatando el tiempo en preguntas innecesarias e inútiles que no sólo no modifican ni aumentan la claridad de la respuesta previa, sino que la oscurecen hasta hacerla difusa, amorfa e incluso irrecuperable.

FRM {04/07/2015]

Los famosos monos chinos. (Foto de archivo)