El Rincón del Nómada

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La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)

martes, 8 de mayo de 2018

El Cristo de Goya

"Cristo crucificado", Francisco de Goya. 1780

Tal día como ayer, de 1780, Francisco de Goya fue nombrado por unanimidad académico de mérito de la Academia de San Fernando tras presentar, dos días antes, su obra "Cristo crucificado".

Ignoro la influencia que esta obra pudiese haber tenido en el nombramiento de Goya como miembro de la citada Academia; tal vez fue una mera coincidencia cronológica, porque a mí no me parece de las mejores del genial maestro de Fuendetodo, por las razones que expongo a continuación, desde la más absoluta humildad de aficionado no experto.

Y, de acuerdo con mis limitaciones y el respeto al maestro, deseo que mis reflexiones se interpreten más como interrogantes de curiosidad insaciable que como críticas a quien está fuera del alcance de las mías y muy por encima de ellas.

Ocurre que me sorprende que un conocedor de la anatomía como era Goya, nos presente ese cuerpo crucificado sin la menor tensión muscular. Parece que esté apoyado plácidamente sobre la plataforma a la que tiene clavados los pies. Nada en piernas ni torso, ni siquiera en los brazos, pone de manifiesto la tremenda y dolorosa tensión muscular consecuencia lógica de una crucifixión...

Todo lo contrario. Si obviamos la presencia de los clavos y el resignado rostro, de expresión más entregada que doliente, más triste y sufrida que sufriente, bien podría estar siendo representado un hombre que ora a los cielos alzando sus brazos, más que estar padeciendo la tortura de estar colgando de sus manos taladradas. ¿Error de representación o intencionalidad consciente para transmitir paz y confianza durante tan dramático y tremendo momento? Ignoro si alguna fuente documental podría contestar a esta pregunta, porque está claro que el ilustre sordo no me oirá formularla.

Finalmente, me intriga el "golpe" de luz que ilumina sólo el torso y la parte superior y más adelantada del muslo izquierdo. Me recuerda al fogonazo de un hipotético flash fotográfico, pero no encuentro explicación pictórica ni simbólica o iconográfica.

Aquí dejo la reflexión, por si alguien con más conocimientos pudiese aportar respuesta a mis dudas y conjeturas.

En cualquier caso, como toda la obra de Francisco de Goya, es un cuadro prodigioso que captura la atención irremisiblemente.

FRM [08/05/2015]

6 comentarios:

  1. Mientras te leía se me iban -o me ibas- planteando los mismos interrogantes que en el escrito expones, amigo Francisco. Lo primero que me chocó, al contemplar en conjunto la obra -hace tiempo que no la veía-, fue que no me pareció de Goya pese al tremendo impacto que causa, quizás por esa benévola o saneada imagen que presenciamos al tropezar con el cuerpo. Efectivamente, salvo gestos del rostro, no es un cuerpo sufriente y menos yacente, parece más bien que esté armoniosamente acomodado a la cruz con cuidado, mimo y templanza de no herir voluntades divinas y humanas. Quizás los motivos que le llevaron a pintarlo, como fue el ingreso en la Academia de Bellas Artes, le hizo ser cauto, ajustándose a estándares y gustos académicos afines a la época -sobre todo religiosa- que le tocó vivir, no olvidemos que Goya rompió con todo eso precisamente sobresaliendo como un genio absolutamente prodigioso de lo informal, recordemos sus grabados. Yo creo que quiso contentar a los académicos, sabemos que estos unanimidad dijeron sí a su ingreso. Pero estoy como tú: pese a la primera sorprendente impresión que causa su contemplación, la obra, conociéndole un poco su recorrido al pintor, no se ajusta a sus tendencias, no se la adjudicaríamos a Goya, es demasiado confortable, condescendiente y benévola con el espectador, la pasión y muerte están ausentes de ella pese a la cruz y los clavos como bien apuntas. Lo de la luz puede ser un efecto de cámara, no lo sé, da muy directa sobre el pecho. Pese a mis visitas al Museo, hace de eso tanto, que no tengo recuerdos al respecto. Interesante tu argumentación, apreciado amigo. Habría que razonarlo con más detalle, dejo ésta primera sensación sobre lo que veo, tus preguntas abren muchos interrogantes.
    Feliz día, fuerte abrazo.

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    1. Querido Teo, ante todo, gracias por tu extenso y bien argumentado comentario que me ha conducido a nuevas reflexiones sobre este cuadro técnicamente magistral. Y es precisamente esa incuestionable maestría técnica lo que entiendo que Goya deseó demostrar ante el juicio de la Academia, con el resultado de su nombramiento. Es posible que, inconscientemente, nuestra valoración se mueva más en los territorios de la percepción emocional y religiosamente culturales de la crucifixión que en los aspectos técnicos y artísticos de la obra. Es evidente que hay más dramatismo en el cuadro de los fusilamientos del 3 de mayo que en el sufrimiento del Nazareno. Tal vez, porque conseguido su nombramiento como académico, con el criterio que sagazmente apuntas, regresó a su informalidad innovadora persiguiendo un mayor y mejor efectismo.

      Sobre lo de la luz, no se trata de un efecto de la cámara autora de la imagen que publico, puesto que he buscado y encontrado otras muchas imágenes de otras procedencias y todas demuestran que esa luz está en el cuadro. Lo comprobaré "in situ", no obstante, en mi próxima visita al Prado que revisito con frecuencia.

      Sea como sea, reitero mi agradecimiento por tu atención e interés y acompaño esta respuesta con un interesante artículo que podría dar la razón a las hipótesis comentadas, puesto que las máquinas y los algoritmos no opinan sobre el tema plasmado, sino que se limitan a analizar otros aspectos. Te recomiendo su lectura, es muy curioso.

      https://culturacolectiva.com/arte/goya-y-la-obra-mas-creativa-de-la-historia/

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    2. Es curioso como de repente algo puede llamar la atención, Francisco. Tu poder de observación, tu capacidad de análisis y de formular preguntas, nos ha hecho centrar en una obra en la que yo, al menos, nunca me había detenido especialmente. ¡Lo que puede dar de sí la observación de un cuadro!

      Ahora veo que también Karyn se enganchó a ello, le entró curiosidad y te comentó. Y es que el arte, aparte de hallar belleza, debe rodearse de misterios que resolver, de capacidad para conmover y llegar hasta cuestiones vitales que cualquiera en un momento dado puede plantearse. Se habla mucho de "Las Meninas", por ejemplo, pero Goya es interminable.
      Fuerte abrazo.

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    3. Goya infinito, sí. Abrazos y gracias de nuevo.

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  2. Después del comentario de Teo, poco puedo decirte más que me hiciste recorrer la obra con otros ojos, además de sorprenderme la posición, que casi siempre está representado con las rodillas dobladas, no tiene tampoco ningún signo del corte en su costado, aunque puede ser que lo haya querido recrear antes del suceso, pero además, no veo casi nada de sangre, sólo un enrojecimiento alrededor de los tremendos clavos de herrador y tampoco se percibe en su cara por la corona de espinas. Vamos, que digamos que es un "Cristo light". Besos

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    1. Creo que, como le he respondido a Teo, hay que mirarlo como obra de arte de impecable técnica pictórica y no como "un Cristo" agonizante. Te remito a lo que le he contestado a él y también te recomiendo visitar y leer el enlace que he compartido. Besos y gracias, Karyn.

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