El Rincón del Nómada

El Rincón del Nómada
La libre soledad del ermitaño es el terreno más fértil para que germine y florezca la creatividad. (Foto propia, 2014. Isleta del Moro, Almería)

viernes, 4 de mayo de 2018

Deseos de invierno

"Soñando en la espera". Óleo sobre lienzo. Copia facsímil de Dufy por FRM, 2000

Hay ocasiones en que la inspiración brota de las semillas que mueren. Ese germen procedente de las confidencias íntimas de un corazón querido que desnuda su alma en un cálido invierno, bombeando vida al llenar de legibles caracteres negros la página en blanco. Sensibles experiencias acumuladas en el voluminoso equipaje de recuerdos mostrados ante nuestros asombrados ojos, ávidos de mirar, ver y sentir. Abro una de esas maletas y contemplo con asombro y tristeza algunos bellos, palpitantes y reprimidos deseos ajenos que suenan a villancico ahogado y que hoy se conjugan en frustrado presente verbal, inolvidables, desde el que fue ilusionado pretérito...

Quiso aprender a tocar el cielo con las yemas de sus dedos.
Quiso ver con los ojos cerrados.
Necesitaba sentir la música tocada en su piel.
Quiso aprender a escribir la partitura de una nueva canción.
Aprender a soñar despierta.
Esperaba aprender a volar sin alas.
Perder el miedo a las alturas y elevar su cuerpo por encima de las fronteras.
Aprender a acariciar con la mirada y a mirar con el corazón.
Quiso escalar montañas imposibles y hacer realidad lo invisible.
Necesitó sentir y que la sintieran, que la sintieran con intensidad.
Descubrir islas perdidas y conquistarlas.
Pasear playas de arenas blancas y dejar huellas de amor.
Necesitaba encontrar el puerto seguro, donde las olas acariciasen sin temor.
Y el mar en calma meciera las ilusiones.
Y un hermoso faro iluminase la noche calmada.
Necesitaba saber que la noche no es un peligro.
Que hay un refugio donde se pueden acurrucar los sueños perdidos.
Que la oscuridad nunca más produjese miedo...
Y el silencio no fuera un grito ahogado, sino un suspiro de éxtasis.
Que el dolor huyera para siempre y nunca más se supiese de él.
Que las sombras desaparecieran y la luz les arrebatara el triunfo final.
Que esa luz empujara e hiciera temblar y retroceder a las tinieblas.

Todo lo deseó, todo lo soñó, todo lo quiso, todo lo amó... Todo lo merecía.
Todo lo tuvo, todo y más pudo tener...
Pero no lo quiso, de todo huyó y, deseando mantenerlo, todo rechazó.

Y el miedo al temor más infundado, pero inculcado y enquistado, derrotó al amor, imponiendo el dolor. Una lamentable elección para la peor decisión.

Semilla de una hermosa flor que brotó en invierno y que, al anunciarse la primavera, murió... suicidada.

FRM [13/04/2018]

4 comentarios:

  1. Todo esto sí que es una "caricia para el alma" de quien llega hasta aquí, Francisco. Gracias por compartir corazón y arte con tus amigos, es un gozo admirar tu obra plástica -ésta muy bella, por cierto- y recoger tanta sensibilidad esparcida en armoniosas letras.
    Fuerte abrazo.

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    1. El agradecido soy yo, Teo, por tus amables y generosas palabras. Un gran abrazo.

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  2. Unos versos hermosos, llenos de sensibilidad y luz. La pintura me encanta, ese tono de azul es sencillamente mágico y encantador. Un abrazo Francisco, se te extraña.

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    1. Muchas gracias, querida amiga Vilma. Yo también os extraño en facebook, pero al menos tenemos este rincón como amable punto de encuentro en el que no hay censuras ni restricciones. Abrazos con cariño.

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