deja que ella escuche mi verbo.
Deja que viva,
que se erice,
que tiemble,
que se eleve
entre susurros de deseos
y suspiros de anhelo...
Tú sólo mira y siente.
Mira cómo ella se revuelve,
cuando le hablo
con mis manos
llenas de silenciosas palabras,
abrazadas,
en torrente desbordado,
a tus miradas empapadas
de un sentimiento
que es más que amar.
FRM [12/03/2019]
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De la exposición "Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre" |
le hablas a mi piel y yo lo siento
ResponderEliminarEso pretendo... Gracias.
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