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Foto propia, paseando entre metáforas |
Friederich Nietzche afirmaba que
“no habían hechos, sino interpretaciones”; la evidencia es secundaria, ante los prejuicios lo que cuenta son las interpretaciones.
Y hoy, uno de los días del año que más gratos recuerdos guarda la memoria de mi etapa barcelonesa, llena de libros y rosas, tengo que dar la razón al filósofo y rezar a
San Jorge para que remate al dragón de la intolerancia y la censura que devora la
libertad de expresión.
Porque no importan el amor a la cultura y la sensible belleza que este día simboliza con los regalos que se intercambian. No importa el afán subjetivo de intentar compartirlos con humildad llena de afecto y amistad. No importa la intención de mantener el respeto constante para evitar ofender sensibilidades ajenas.
Al final, un lugar tan relevante en las relaciones sociales como es
facebook, me ha mostrado una vez más, la otra cara de la moneda con la que esta red sí paga traidores... y los fomenta.
Como ya saben muchos de los amigos que allí tengo, he vuelto a ser
censurado y sancionado con la
penalización de 30 días sin poder participar en esa red. No puedo publicar nada ni poner comentarios, no me permiten siquiera marcar "me gusta" u otras opciones. Y el colmo es que tampoco puedo responder a los mensajes privados que me llegan por el chat de
Messenger...
¡No podía imaginar el general superlativo que su ferocidad censora le iba a sobrevivir, incluso cruzando el charco Atlántico!
A pesar de que siempre seré partidario de la libertad de expresión, podría llegar a entender —nunca compartir— que
facebook censurase total o parcialmente alguna publicación
"fuera de normas". Pero encuentro insultantemente pueril el
"castigo" de la suspensión temporal de la actividad participativa, relegando al papel de "mirón" al que no se le permite ni la opción de la defensa y la despedida de sus amigos.
Condenado a la deplorable condición de
"voyeur" al que se le niega la comida, mientras se le permite contemplar las viandas y bebidas que los demás degustan... ¿Estupidez anacrónica o refinada crueldad en el castigo injustificado?
Y reitero lo de
"injustificado"; porque, ateniéndome a la literalidad de la normativa de
facebook (
"Dura lex, sed lex"), no la he infringido en absoluto con la entrada compartida, como demuestra que la he publicado allí en ocasiones precedentes (en 2014 y 2015) sin tener el más mínimo problema en ninguna de ellas, a pesar de que las normas de
facebook eran las mismas. Sólo cabe una posible diferencia, en las ocasiones citadas no medió denuncia alguna de quienes parece que
tienen la piel muy fina, cuando entra en contacto con la mía.
Aunque lo más delirante es la más absoluta indefensión ante el ente oculto que aplica la sanción irrevocable e inmediata, sin conceder la menor oportunidad a los argumentos de quien es juzgado e irremisiblemente condenado sin otra opción a réplica que el acatamiento sumiso.
Sin embargo, como toda moneda tiene dos caras, no puedo dejar de sentirme muy feliz y contento por las muestras de cariño, defensa y apoyo solidario que me están llegando incesantemente. Si la muerte provoca que todos hablen bien del difunto, ser víctima de la injusticia hace aflorar los afectos, en otras circunstancias silenciosos y, aunque siempre percibidos, en esta ocasión son dulcemente recibidos, saboreados y doblemente agradecidos, porque me hacen sentir muy vivo. Y, como mi corazón no puede ser amordazado, desde él lo siento y digo...
os quiero, entrañables amigos.
Como curiosidad complementaria, incluyo aquí el enlace de la "inmoral y ofensiva" entrada de mi blog que ha motivado el severo castigo "por contener desnudos".
Hasta cualquier otro momento de amistad que nunca podrá ser censurada ni bloqueada.
Abrazos agradecidos a todos.
FRM [23/04/2018]