Las relaciones amorosas son como los libros.
Las hay breves y con pocas páginas...
Otras son voluminosas y extensas.
Con cubiertas y sinopsis atractivas y sugerentes
que no siempre reflejan fielmente el contenido.
De diferentes géneros...
De ensayo, poesía, novela, ciencia ficción...
Densas o ligeras...
Profundas o superficiales.
Sorprendentes o previsibles.
Dramáticas o divertidas.
Eróticas, sesudas, históricas...
Sensuales y sexuales.
Lúdicas o lúcidas y profundas.
Para reír, llorar, pensar o evitar pensar.
Amenas y apasionantes... a veces, tediosamente aburridas.
Para leer y disfrutar en la cama...
o en cualquier momento y lugar.
Para engancharse sin poder dejarlas...
O para retomarlas periódicamente, de vez en cuando.
En cualquier caso, siempre placenteras...
Siempre enriquecedoras
Siempre educativas.
Si no, no merece la pena.
Con prólogo y epílogo.
Con inevitables principio y fin.
De grato recuerdo imperecedero...
o superficial y olvidable.
Con la posibilidad de ser releídas...
Repasadas o consultadas, según...
la ausencia de necesidad o el deseo de hacerlo.
En cualquier caso, en todos los géneros,
siempre apasionantes la lectura y el amor.
Hay que amar mucho y leer más...
Una buena biblioteca de libros y amores
es un tesoro de experiencias vitales.
Y, cuando un buen libro o un gran amor se acaba...
Empieza otro... Nunca dejes de leer, amar y vivir nuevas historias.
FRM [29/07/2013]
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(Imagen de archivo. Grabado de Alberto Durero) |