Paz en el alma a la llegada del alba |
Me dijiste
háblame,
háblame, aunque no me digas nada…
Y yo escucho tu deseo de palabra
y te hablo sin apenas decir.
Descansando mis verbos en tu almohada.
Llenando de adjetivos tu mirada.
Sin pasados.
Con presentes en regalo.
Con adverbios que te rodeen
donde, como y cuando
tú soñabas.
Y mi voz da paso a tu calma.
Y descansas en ella,
en arrullo,
en susurro,
hasta el alba.
FRM [28/01/2019]
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