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| (Imagen de Internet. Autor desconocido) |
En mi luenga juventud consumí creencias sin conseguir calmar mis angustias; aumenté la dosis y provoqué que naciera en mí el insomnio del espíritu.
No avancé; me engañaban el tiempo y el movimiento. Sólo di muchas vueltas en laberintos sin salida que siempre me devolvieron al punto de partida. Hasta que comprendí que el único camino estaba en mí y mis objetivos.
Desde entonces, soy un ave nocturna que busca el conocimiento y la causa profunda de las creencias ajenas.
FRM [30/10/2013]
Siempre dando ejemplo de honestidad pensante, de una unamuniana forma de ver la vida con sus complejidades en aciertos y desaciertos, pero sobre todo en dudas. No puedo dejar de sentirme solidario contigo, amigo Francisco. A menudo enciendes luces, que se agradecen. Gracias por recibirme en este rincón.
ResponderEliminarQuerido amigo Teo, el agradecido y mucho soy yo. Por tu visita y las halagadoras palabras que aquí depositas y me dedicas. Un fuerte abrazo.
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