Aceptemos que es inevitable la llegada de un descarnado momento en que el fresco follaje, envolvente y encubridor, pierde su bello y frondoso protagonismo; se reseca, muere y desaparece. Entonces, sólo queda a la vista la cruda y vacía desnudez que exhibe impúdicamente su retorcida y decadente realidad.
FRM [28/03/2017]
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Foto propia, paseando entre metáforas. |
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